Después de dos años y medio ejerciendo de guitarrista rítmico en el grupo de rock The Rebel Band, desde aquí me gustaría anunciar que definitivamente he abandonado el barco. Han sido dos años y medio de ensayos con constantes cambios de horario, de local, de repertorio, de estilo musical e incluso de formación. Dos años y medio en los que únicamente hemos ofrecido cuatro actuaciones en directo y en los que, no sólo no hemos compuesto absolutamente ningún tema propio, sino que únicamente hemos podido mal grabar dos versiones de Fito & Fitipaldis, una de Los Rebeldes y otra de U2. Además, en todo este tiempo sufrimos la marcha a Canarias de nuestro querido batería original Luismi, incorporamos a Paco como su substituto, y vimos como un tal “Jhonn Flaming” se nos metía hasta la cocina del grupo haciendo las labores de vocalista, compositor y “frontman” absoluto para que, después de darle la vuelta a la banda como si de un calcetín recién sacado de la lavadora se tratase, nos abandonara por vete tú a saber qué ida de cabeza. Todo esto (que no es poco), sumado a la falta de interés que despertaba en mí el tocar rockabilly como tercer guitarrista de una banda en la que siempre he pintado menos que la U.G.T. con Franco, y a un enfrentamiento absurdo que tuve con el líder y jefe supremo de la formación, hizo que finalmente me decidiera por abandonar un grupo del que nunca me he llegado a sentir parte y con el que ensayaba como el que va al gimnasio para no perder la forma. Si tengo que ser sincero sólo siento haber tomado esta decisión por haber supuesto también la pérdida de contacto directo con el maestro Pineda al que le tengo un gran aprecio y del cual he aprendido muchísimo, pero por todo lo demás, he de decir que me he quedado más a gusto que un arbusto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario