Parecía que este momento no iba a llegar nunca. Han sucedido muchas cosas desde que el pasado mes de Noviembre se diera por finalizado el Mundial de Motociclismo del 2012 con Jorge Lorenzo como Campeón del Mundo de MotoGP, y han sido muchos los movimientos que se han producido en la parrilla de las diferentes categorías. Entre las más importantes podríamos destacar la retirada del dos veces Campeón del Mundo Casey Stoner, la consiguiente llegada de Marc Márquez al equipo Repsol Honda para sustituir al australiano, el fichaje del piloto italiano Andrea Dovicioso por el también equipo italiano Ducati y, por supuesto, la vuelta de Valentino Rossi al equipo Yamaha tras dos años arrastrándose por los circuitos de todo el mundo a lomos de una Ducati que no servía ni para circular por la Ronda del Litoral.
Fueron muchos los que dijeron que Valentino Rossi estaba acabado, que ya no era un piloto rápido, que era viejo para estar en MotoGP, que debía dejar paso a la gente joven y, poco más o menos, que debería abandonar la categoría e irse a Superbikes, a mirar las obras o a montarse un huerto y sembrar patatas. Muchos. Incluso algunos presuntos profesionales del periodismo deportivo especializados en motor. Ninguno de estos babosos, chupatintas y chaqueteros se paró a pensar que quizás el problema no era el piloto sino la máquina. Pues bien, con la vuelta de Rossi al equipo Yamaha (del que nunca debería haberse ido, seamos francos) va a ser el propio piloto el que se encargue de taparle la bocaza a todos esos ignorantes llenapáginas que sólo hacen que subirse al carro del que gana e intentar pisotear al que pierde. Y la cosa no ha empezado nada mal.
El pasado domingo día 7 de Abril en Qatar, tras haber quedado en séptima posición durante las sesiones de clasificación, Valentino Rossi consiguió remontar cinco posiciones y acabar la primera carrera del Mundial en el segundo cajón del pódium por detrás de Jorge Lorenzo pero por delante de Marc Márquez (carrerón también del piloto catalán) y de la eterna promesa Dani Pedrosa. Semejante remontada y semejante carrera del italiano hicieron augurar que a lo mejor Rossi, el Maradona del Motociclismo, aún tiene muchas cosas que decir. Verdaderamente este Mundial 2013 pinta pero que muy bien, tanto por el nivelazo que mantiene Lorenzo, como por las ganas y desparpajo que trae Marc Márquez, como por la necesidad de reivindicarse y recuperar el prestigio perdido de Valentino Rossi. Pero esto no ha hecho más que empezar, así que habrá esperar, ver carrera tras carrera y no adelantar muchos acontecimientos porque como en casi todo, el tiempo pone a cada uno en su sitio.
Fueron muchos los que dijeron que Valentino Rossi estaba acabado, que ya no era un piloto rápido, que era viejo para estar en MotoGP, que debía dejar paso a la gente joven y, poco más o menos, que debería abandonar la categoría e irse a Superbikes, a mirar las obras o a montarse un huerto y sembrar patatas. Muchos. Incluso algunos presuntos profesionales del periodismo deportivo especializados en motor. Ninguno de estos babosos, chupatintas y chaqueteros se paró a pensar que quizás el problema no era el piloto sino la máquina. Pues bien, con la vuelta de Rossi al equipo Yamaha (del que nunca debería haberse ido, seamos francos) va a ser el propio piloto el que se encargue de taparle la bocaza a todos esos ignorantes llenapáginas que sólo hacen que subirse al carro del que gana e intentar pisotear al que pierde. Y la cosa no ha empezado nada mal.
El pasado domingo día 7 de Abril en Qatar, tras haber quedado en séptima posición durante las sesiones de clasificación, Valentino Rossi consiguió remontar cinco posiciones y acabar la primera carrera del Mundial en el segundo cajón del pódium por detrás de Jorge Lorenzo pero por delante de Marc Márquez (carrerón también del piloto catalán) y de la eterna promesa Dani Pedrosa. Semejante remontada y semejante carrera del italiano hicieron augurar que a lo mejor Rossi, el Maradona del Motociclismo, aún tiene muchas cosas que decir. Verdaderamente este Mundial 2013 pinta pero que muy bien, tanto por el nivelazo que mantiene Lorenzo, como por las ganas y desparpajo que trae Marc Márquez, como por la necesidad de reivindicarse y recuperar el prestigio perdido de Valentino Rossi. Pero esto no ha hecho más que empezar, así que habrá esperar, ver carrera tras carrera y no adelantar muchos acontecimientos porque como en casi todo, el tiempo pone a cada uno en su sitio.
Autor: MotoGP.
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