Contra más películas de animación veo, menos claro tengo dónde está el límite en este género. Ya da igual lo que se quiera hacer, todo es posible. No importa si se trata de reproducir piel, pelo, pluma, escama, lava, agua, metal, animales, personas o monstruos porque los resultados van a ser excelentes. En este caso la trama transcurre en la playa y con pingüinos como protagonistas.
“Locos por el surf” cuenta la historia de Cody Maverick, un pingüino de penacho amarillo que vive en un pueblo de la Antártida llamado Frío de Janeiro, cuya pasión es algo tan poco habitual entre sus paisanos como practicar el surf. Un día es seleccionado por una pareja de cazatalentos para viajar a la isla Pen Gu con el fin de participar en el Memorial Big Z, un campeonato homenaje a una de las leyendas del surf pingüinesco a la que Cody admira profundamente. Allí conoce a una serie de personajes como, entre otros, el pollo cubano Joe Chicken que amenizará su estancia en la isla, o la mega estrella Tank Evans con el cual deberá enfrentarse.
La película está tratada como si de un documental sobre la vida de Cody Maverick se tratase. En ella, además de las imágenes de su vida, su preparación y su participación en el campeonato, todos los personajes van siendo entrevistados y van expresando su opinión sobre Cody. Así podemos ver las declaraciones de su madre, su hermano, sus amigos, sus rivales y hasta las de los ancianos de su pueblo o las del público asistente al memorial.
Como en todas las películas de animación producidas en los últimos tiempos, la nota predominante durante toda ella es el humor, un humor socarrón bastante alejado del humor infantil de las antiguas películas de Disney. Si ya de por sí una película de dibujos animados tiene un humor implícito, el hecho de que los protagonistas sean pingüinos, posiblemente los animales más cómicos de toda la fauna terrestre, aún la convierte en mucho más humorística.
Aparte del guión y los personajes, una de las cosas que más me ha impactado de “Locos por el surf” ha sido cómo está hecho el mar. La perfección del agua, las olas y la espuma de sus crestas es tal, que parece de verdad. Por último decir que también se ha hecho un gran trabajo en la selección de los temas que componen la banda sonora, muy adecuada para el ambiente surfero y playero que se pretende recrear.
“Locos por el surf” no es ni de Pixar ni de Dream Works, los dos magnates del cine de animación, es de Columbia Pictures y Sony Pictures Animation. Sin duda alguna es una buena noticia saber que tanto Sony como Columbia también invierten en este género para producir películas de calidad. Contra más haya mejor.
“Locos por el surf” cuenta la historia de Cody Maverick, un pingüino de penacho amarillo que vive en un pueblo de la Antártida llamado Frío de Janeiro, cuya pasión es algo tan poco habitual entre sus paisanos como practicar el surf. Un día es seleccionado por una pareja de cazatalentos para viajar a la isla Pen Gu con el fin de participar en el Memorial Big Z, un campeonato homenaje a una de las leyendas del surf pingüinesco a la que Cody admira profundamente. Allí conoce a una serie de personajes como, entre otros, el pollo cubano Joe Chicken que amenizará su estancia en la isla, o la mega estrella Tank Evans con el cual deberá enfrentarse.
La película está tratada como si de un documental sobre la vida de Cody Maverick se tratase. En ella, además de las imágenes de su vida, su preparación y su participación en el campeonato, todos los personajes van siendo entrevistados y van expresando su opinión sobre Cody. Así podemos ver las declaraciones de su madre, su hermano, sus amigos, sus rivales y hasta las de los ancianos de su pueblo o las del público asistente al memorial.
Como en todas las películas de animación producidas en los últimos tiempos, la nota predominante durante toda ella es el humor, un humor socarrón bastante alejado del humor infantil de las antiguas películas de Disney. Si ya de por sí una película de dibujos animados tiene un humor implícito, el hecho de que los protagonistas sean pingüinos, posiblemente los animales más cómicos de toda la fauna terrestre, aún la convierte en mucho más humorística.
Aparte del guión y los personajes, una de las cosas que más me ha impactado de “Locos por el surf” ha sido cómo está hecho el mar. La perfección del agua, las olas y la espuma de sus crestas es tal, que parece de verdad. Por último decir que también se ha hecho un gran trabajo en la selección de los temas que componen la banda sonora, muy adecuada para el ambiente surfero y playero que se pretende recrear.
“Locos por el surf” no es ni de Pixar ni de Dream Works, los dos magnates del cine de animación, es de Columbia Pictures y Sony Pictures Animation. Sin duda alguna es una buena noticia saber que tanto Sony como Columbia también invierten en este género para producir películas de calidad. Contra más haya mejor.
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