Aprovechando que Chris Cornell y Tom Morello se encuentran en plena gira de promoción de sus respectivos nuevos trabajos en solitario, me gustaría reseñar “Out of exile”, el que para mí es el mejor disco de Audioslave, la banda en la que ambos unieron sus cualidades y sus talentos musicales entre los años 2001 y 2007. Audioslave fue el “supergrupo” formado por los veteranos Chris Cornell (vocalista de Soundgarden), Tom Morello, Tim Commerford y Brad Wilk (guitarra, bajo y batería respectivamente de Rage Against The Machine). La voz y las letras de uno de los grupos pioneros del movimiento grunge de Seattle, y la guitarra y base rítmica de una de las bandas más contundentes e innovadoras del panorama musical americano de los noventa, formaron durante seis años uno de los proyectos musicales más importantes y atractivos de esta década, dejando como fruto tres discos de estudio entre los que destaca este “Out of exile”.
Es evidente que ni Soundgarden ni Rage Against The Machine fueron bandas del montón y que, cada una a su manera y en su estilo, ambas tenían un sonido inconfundible y característico que las diferenciaba del resto de bandas del mismo género. Tanto Soundgarden como Rage Against The Machine, fueron de esas pocas bandas que no suenan a nada sino a sí mismas. ¿A qué suenan entonces Audioslave? Es curioso pero suenan tanto a Soundgarden como a Rage Aganist The Machine. Hay temas que empiezan sonando tanto a Rage Against The Machine que uno espera que en cualquier momento aparezca la voz de Zack de la Rocha cagándose en los muertos de alguien. Pero no, de repente la canción da un giro y es Chris Cornell el que, con su voz entre agónica y enrabiada, comienza a cantar. Hay otras que suenan tanto a Soundgarden que esperas otro tipo de solos de guitarra diferentes a esos “scratchings” guitarreros tan propios de Tom Morello. Cualquiera que lea esto y no haya escuchado ninguno de los discos de Audioslave puede llegar a pensar que, más que una banda de rock, Audioslave no es más que una olla de grillos en la que se mezcla un batiburrillo de estilos, melodías, ritmos y ruidos con los que uno puede acabar volviéndose loco. Nada más lejos de la realidad. En el sonido de Audioslave es todo tan natural y suena tan sumamente compenetrado que parece que los miembros del grupo hayan estado toda la vida tocando juntos.
Centrándonos “Out of exile”, decir que se trata de una magnífica combinación de melancolía y agresividad perfectamente mezcladas. No es un disco tan crudo como el anterior trabajo de la banda titulado “Audioslave” ni tan poco excitante como su posterior disco “Revelations”. El paso del tiempo y las largas giras de conciertos promocionando su primer trabajo consiguieron solidificar su sonido y fijar mucho más las dos piezas fundamentales de las que se componía el grupo, sonando todo de una forma sorprendentemente homogénea. Aunque se les tildara de artificiales y postizos, personalmente encuentro del todo admirable que, tanto un cantante como una banda de músicos al completo, pudieran llegar a adaptarse los unos a los otros con tan buen resultado. Temas como “Your time has come”, “Be yourself”, “Doesn’t remind me”, “Man or animal” o “Dandelion” son una clara muestra de todo lo comentado anteriormente.
Es una lástima que Audioslave no tuvieran continuidad y que acabaran por separarse. Visto el gran éxito que tuvo el grupo, el volumen de ventas de sus tres trabajos discográficos y los llenazos en la gira de promoción de “Out of exile”, todo parecía indicar que íbamos a tener Audioslave para rato. Pues todo lo contrario.
Es evidente que ni Soundgarden ni Rage Against The Machine fueron bandas del montón y que, cada una a su manera y en su estilo, ambas tenían un sonido inconfundible y característico que las diferenciaba del resto de bandas del mismo género. Tanto Soundgarden como Rage Against The Machine, fueron de esas pocas bandas que no suenan a nada sino a sí mismas. ¿A qué suenan entonces Audioslave? Es curioso pero suenan tanto a Soundgarden como a Rage Aganist The Machine. Hay temas que empiezan sonando tanto a Rage Against The Machine que uno espera que en cualquier momento aparezca la voz de Zack de la Rocha cagándose en los muertos de alguien. Pero no, de repente la canción da un giro y es Chris Cornell el que, con su voz entre agónica y enrabiada, comienza a cantar. Hay otras que suenan tanto a Soundgarden que esperas otro tipo de solos de guitarra diferentes a esos “scratchings” guitarreros tan propios de Tom Morello. Cualquiera que lea esto y no haya escuchado ninguno de los discos de Audioslave puede llegar a pensar que, más que una banda de rock, Audioslave no es más que una olla de grillos en la que se mezcla un batiburrillo de estilos, melodías, ritmos y ruidos con los que uno puede acabar volviéndose loco. Nada más lejos de la realidad. En el sonido de Audioslave es todo tan natural y suena tan sumamente compenetrado que parece que los miembros del grupo hayan estado toda la vida tocando juntos.
Centrándonos “Out of exile”, decir que se trata de una magnífica combinación de melancolía y agresividad perfectamente mezcladas. No es un disco tan crudo como el anterior trabajo de la banda titulado “Audioslave” ni tan poco excitante como su posterior disco “Revelations”. El paso del tiempo y las largas giras de conciertos promocionando su primer trabajo consiguieron solidificar su sonido y fijar mucho más las dos piezas fundamentales de las que se componía el grupo, sonando todo de una forma sorprendentemente homogénea. Aunque se les tildara de artificiales y postizos, personalmente encuentro del todo admirable que, tanto un cantante como una banda de músicos al completo, pudieran llegar a adaptarse los unos a los otros con tan buen resultado. Temas como “Your time has come”, “Be yourself”, “Doesn’t remind me”, “Man or animal” o “Dandelion” son una clara muestra de todo lo comentado anteriormente.
Es una lástima que Audioslave no tuvieran continuidad y que acabaran por separarse. Visto el gran éxito que tuvo el grupo, el volumen de ventas de sus tres trabajos discográficos y los llenazos en la gira de promoción de “Out of exile”, todo parecía indicar que íbamos a tener Audioslave para rato. Pues todo lo contrario.
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