
Mickey Rourke es el responsable de encarnar a “The Ram”, el personaje principal y prácticamente único de esta historia. Su interpretación de un deportista que en su día fue alguien importante pero que en la actualidad está acabado y malvive como buenamente puede, alejado de la familia y negándose a asumir que su época ya ha terminado, es sencillamente brillante. Su aspecto físico, su edad y su propia historia personal le vienen a Rourke como anillo al dedo y, desde el principio hasta el final de la película, consigue que el personaje sea totalmente creíble provocando perfectamente la compasión y la lástima que se pretende provocar. Además, se nota que se ha puesto las pilas en el dominio de las llaves y las técnicas de la lucha libre porque me atrevería a decir que en la mayor parte de las escenas de combate no le ha sido necesario ningún extra.
En cuanto a la banda sonora, ésta está compuesta básicamente por temas de grupos clásicos del hard rock americano de la década de los ochenta como pueden ser Guns N’ Roses, Quiet Rot o Cinderella, que suenan cuando Randy se desplaza con su furgoneta, cuando los diferentes luchadores saltan al ring, o incluso en el interior de bares y locales de “streeptease”. Sin duda alguna es toda una exaltación de la contracultura y la música de los años ochenta.
“El luchador” es una magnífica película que ha supuesto la resurrección definitiva de Mickey Rourke en el mundo del cine tras su anterior éxito en Sin City, que deja muy en entre dicho todo lo que rodea al mundo del “wrestling”. Que nadie se espere una película únicamente de mamporros porque es bastante más que eso.
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