En el año 2006 la compañía discográfica Wooden Records, propiedad de Ron Wood (ex-guitarrista de los Faces y guitarrista de los Rolling Stones), sacaba a la luz este doble álbum en directo de los New Barbarians registrado durante una actuación celebrada en Maryland en el año 1979. Alguno quizá ya lo sepa, pero muchos de los que lean esta reseña seguramente se estarán preguntando: “¿Y quién demonios son los New Barbarians?”. Pues ahora os lo voy a explicar, no os pongáis así, joder.
Los New Barbarians no fueron otra cosa que una banda de músicos reclutados por Ron Wood con el fin de promocionar su disco en solitario “Gimme some neck”, la cual estaba compuesta por el propio Ron Wood (guitarra y voz principal), Keith Richards (guitarra y segunda voz), Stanley Clarke (bajo), Joseph Zigaboo Modeliste (batería), Ian MacLagan (teclados) y Bobby Keys (saxofón). Los New Barbarians debutaron en Oshawa (Canadá) donde actuaron en dos conciertos benéficos impuestos por los juzgados canadienses a Keith Richards como parte de su condena tras haber sido detenido años atrás en Toronto por posesión de heroína. Posteriormente, los New Barbarians realizaron una gira de dieciocho conciertos más a lo largo de los Estados Unidos, uno de los cuales, concretamente el celebrado en el Capital Center Arena de Largo (Meryland), quedó grabado y veintisiete años más tarde fue publicado como álbum doble bajo el título de “Buried Alive: Live in Maryland”.
“Buried Alive: Live in Maryland” está compuesto por veinte temas dentro de los cuales se pueden encontrar algunos títulos pertenecientes a los discos en solitario de Ron Wood como “Buried Alive”, “F.U.C. Her”, “Mystifies me” o “I can feel the fire”; algunos clásicos del blues, del rock and roll y del rythm and blues como “Sweet little rock & roller” de Chuck Berry, “Rock me baby” popularizada por B.B. King, “Love in vain” de Robert Johnson o “Seven Days” de Bob Dylan entre otros; y algunos temas de los Rolling Stones como “Sure the one you need”, “Honkey tonk women”, “Before they make me run” y “Jumpin’ Jack Flash”.
Aparentemente, viendo semejante repertorio de clásicos y teniendo en cuenta la enorme calidad y espíritu rockero de todos los músicos que componían la formación, cualquiera puede pensar que se trata de todo un discazo. Sería así si no fuera porque es el mismo Ron Wood el que canta la mayor parte de las canciones. En los días de mi vida no he oído a alguien que sea considerado una estrella mundial cantar tan sumamente mal. En este disco Mister Woody nos obsequia con un catálogo tan amplio de gritos, berridos, gruñidos, gallos y desafines, que eclipsa completamente la maravillosa banda que lo acompaña, la excepcional selección de canciones y hasta su particular estilo de tocar la guitarra. Suerte que en alguno de los temas es Keith Richards el que lleva la voz cantante, pero tampoco es que Keith sea un ruiseñor que digamos. Pero es que además, parece como si las grabaciones ni siquiera se hubieran sometido a un mínimo proceso de preproducción o limpieza de ruido, de manera que da la sensación de estar escuchando un “bootleg” o una grabación casera.
“Buried Alive: Live in Maryland” tiene más valor sentimental, mitológico o a nivel de coleccionista fetichista por la época en la que se grabó, los músicos que actuaron y los pocos conciertos que hicieron los New Barbarians que valor musical propiamente dicho. Aún así, creo que cualquier amante del rock and roll que se precie debería escucharlo, sobre todo aquellos que canten en un grupo porque se le van a quitar todos los complejos en menos que canta un gallo (nunca mejor dicho).
Los New Barbarians no fueron otra cosa que una banda de músicos reclutados por Ron Wood con el fin de promocionar su disco en solitario “Gimme some neck”, la cual estaba compuesta por el propio Ron Wood (guitarra y voz principal), Keith Richards (guitarra y segunda voz), Stanley Clarke (bajo), Joseph Zigaboo Modeliste (batería), Ian MacLagan (teclados) y Bobby Keys (saxofón). Los New Barbarians debutaron en Oshawa (Canadá) donde actuaron en dos conciertos benéficos impuestos por los juzgados canadienses a Keith Richards como parte de su condena tras haber sido detenido años atrás en Toronto por posesión de heroína. Posteriormente, los New Barbarians realizaron una gira de dieciocho conciertos más a lo largo de los Estados Unidos, uno de los cuales, concretamente el celebrado en el Capital Center Arena de Largo (Meryland), quedó grabado y veintisiete años más tarde fue publicado como álbum doble bajo el título de “Buried Alive: Live in Maryland”.
“Buried Alive: Live in Maryland” está compuesto por veinte temas dentro de los cuales se pueden encontrar algunos títulos pertenecientes a los discos en solitario de Ron Wood como “Buried Alive”, “F.U.C. Her”, “Mystifies me” o “I can feel the fire”; algunos clásicos del blues, del rock and roll y del rythm and blues como “Sweet little rock & roller” de Chuck Berry, “Rock me baby” popularizada por B.B. King, “Love in vain” de Robert Johnson o “Seven Days” de Bob Dylan entre otros; y algunos temas de los Rolling Stones como “Sure the one you need”, “Honkey tonk women”, “Before they make me run” y “Jumpin’ Jack Flash”.
Aparentemente, viendo semejante repertorio de clásicos y teniendo en cuenta la enorme calidad y espíritu rockero de todos los músicos que componían la formación, cualquiera puede pensar que se trata de todo un discazo. Sería así si no fuera porque es el mismo Ron Wood el que canta la mayor parte de las canciones. En los días de mi vida no he oído a alguien que sea considerado una estrella mundial cantar tan sumamente mal. En este disco Mister Woody nos obsequia con un catálogo tan amplio de gritos, berridos, gruñidos, gallos y desafines, que eclipsa completamente la maravillosa banda que lo acompaña, la excepcional selección de canciones y hasta su particular estilo de tocar la guitarra. Suerte que en alguno de los temas es Keith Richards el que lleva la voz cantante, pero tampoco es que Keith sea un ruiseñor que digamos. Pero es que además, parece como si las grabaciones ni siquiera se hubieran sometido a un mínimo proceso de preproducción o limpieza de ruido, de manera que da la sensación de estar escuchando un “bootleg” o una grabación casera.
“Buried Alive: Live in Maryland” tiene más valor sentimental, mitológico o a nivel de coleccionista fetichista por la época en la que se grabó, los músicos que actuaron y los pocos conciertos que hicieron los New Barbarians que valor musical propiamente dicho. Aún así, creo que cualquier amante del rock and roll que se precie debería escucharlo, sobre todo aquellos que canten en un grupo porque se le van a quitar todos los complejos en menos que canta un gallo (nunca mejor dicho).
1 comentario:
¿Ron wood cantar tan sumamente mal? Ron wood no cantaba mal en esa epoca y no arruino nada ¿suerte que estaba Richards? Richards canta horrible Ronnie es mejor que el.
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