Sin lugar a dudas, para el que escribe éste fue el mejor disco del año 2012. La verdad es que decir esto no es decir mucho ya que el volumen de mierda musical que salió al mercado durante el año pasado fue bastante importante, y con esa frase puede parecer que lo que quiero decir es que Slash es el rey tuerto en el país de los ciegos. No es esa mi intención sino todo lo contrario. Lo que quiero decir es que “Apocalyptic love” es una bocanada de aire fresco, un rayo de luz de esperanza y calidad musical que destaca con muchísima diferencia entre toda la montonera de estiércol que invade las estanterías de nuestras tiendas de discos habituales. No tuve tiempo de reseñarlo justo después de que viese la luz, pero como nunca es tarde si la dicha es buena, pues lo voy a hacer ahora que no creo que a nadie le importe.
Allá por Septiembre del año pasado ya escribí sobre “Made in Stoke”, el primer DVD en directo de la carrera en solitario de Slash que registró en su pueblo como resumen de la gira de conciertos promocionales de su álbum homónimo. En él, y durante toda la gira, Slash se acompañó sobre el escenario de un par de músicos canadienses llamados Todd Kerns (bajo) y Brent Fitz (batería), de su viejo amigo Bobby Schneck (guitarra rítmica) y de Myles Kennedy, vocalista de la banda Alter Bridge cuya voz ya quedó registrada en los temas “Starlight” y “Back from Cali” del primer álbum de Slash. Viendo el DVD yo nunca tuve la sensación de estar viendo a una mega estrella mundial acompañada de un puñado de músicos de sesión como puede pasar en los conciertos de Mark Knopfler, Steve Vai, Joe Satriani o de cualquier otro “Guitar Hero”. Aquí, de principio a fin el espectador está viendo a una banda de hard-rock totalmente compacta, como si llevaran diez o quince años de carrera juntos. Ese grado de compenetración, esa fuerza como banda y esa presencia encima de un escenario no podía ser desaprovechada así que en cuanto acabó la gira no tardaron el meterse en el estudio (todos salvo Bobby Schneck) para grabar el LP que nos ocupa.
Pese a que el nombre que aparece en la portada del disco con la tipografía más grande sea el de Slash, en esta ocasión el subtítulo “Featuring Myles Kennedy and The Conspirators” ya deja ver que sí, que es un disco de Slash (para que se entere todo el mundo de que el guitarrista de la chistera ha vuelto para quedarse), pero que tanto Myles Kennedy como Todd Kerns y Brent Fitz (The Conspirators) también tienen su peso específico en la composición y grabación de los temas y que ya no se trata de un disco de Slash con sus amigos como artistas invitados como sí ocurría en el anterior disco sino el trabajo de una banda con cara y ojos. Tras un año entero de escucha del álbum y conociendo bastante al dedillo toda su discografía post-Guns N’ Roses, me atrevería a decir sin dudarlo ni un segundo que ésta es la mejor formación con la que ha trabajado Slash desde el año 1995. Ni los Snakepit de Eric Dover, Matt Sorum, Gilby Clarke y Mike Inez; ni los Snakepit de Rod Jackson, Ryan Roxie, John Griparic y Matt Laug; ni los Velvet Revolver de Scott Weiland, Duff McKagan, Matt Sorum y Dave Kushner. Evidentemente con todos hizo grandes temas (con unos mejores que con otros) pero con ninguno de ellos consiguió cuajar un buen LP ni desplegar unos buenos conciertos como sí lo ha conseguido con Myles Kennedy and The Conspirators. Pero no sólo porque de una vez por todas ha conseguido un vocalista a la altura de su talento musical como es Myles Kennedy (impresionante lo que puede llegar a hacer este hombre con su voz), sino porque el disco en sí carece de fisuras ni elementos sobrantes que si pudieras te gustaría cambiar como ocurría con los anteriores trabajos de Slash. Escuchando cualquiera de los discos de los diferentes Snakepit y, sobre todo, los de Velvet Revolver, uno decía siempre eso de: “Sí, vale, no suena mal pero con Guns N’ Roses...”. Escuchando “Apocalyptic love” uno consigue algo hasta ahora inimaginable que es olvidarse de que el tío que toca la guitarra perteneció a Guns N’ Roses. Puede parecer increíble pero es cierto.
Destacar algún tema concreto del disco es una tarea bastante complicada puesto que todo él es una pieza compacta y difícilmente divisible, pero puestos a elegir los “singles” del disco por llamarlos de alguna manera sí que podríamos nombrar algunos temas como “Apocalyptic love”, “One last trill”, “You are a lie”, “Hard & fast” o “Halo” como piezas representantes del estilo hard-rock más contundente de mediados de los 90’s; “Anastasia”, cuya introducción recuerda en parte al “Babe I’m gonna leave you” de los Led Zeppelin pero cuyo cuerpo es un hard-rock metallero denominación de origen con un cierto toque épico; “Not for me”, posiblemente el tema más apoteósico del disco donde Slash se recrea en los solos central y final del tema y donde Myles Kennedy sube desde los niveles más bajos de su garganta hasta unos niveles de agudos imposibles; y la única balada del disco titulada “Far away”, que siendo balada no por ello es pastelosa o mierder como se podría haber esperado. Vamos, que al final he acabado nombrando casi todos los temas del álbum. Al margen de particularidades, el sonido global del disco es fresco y nada anticuado como ocurre cuando músicos de los 90’s reaparecen para intentar hacer lo mismo que hacían cuando estaban en el punto álgido de su carrera pero veinte años después. “Apocalyptic love” es un disco de un hard-rock totalmente adaptado a los tiempos que no suena para nada casposo, rancio o anacrónico.
Evidentemente nadie va a descubrir nada de Slash ni de sus cualidades como guitarrista a estas alturas de la vida, pero el tándem que ha formado con Myles Kennedy, un tío con personalidad propia, con talento vocal, creativo y compositivo tiene una pinta acojonante si éste llegara a tener continuidad. Un tipo como Myles Kennedy era justo lo que venía necesitando Slash desde hacía muchos años para salir un poco de la mediocridad en la que injustificadamente se ha visto envuelto durante años. Evidente e irremediablemente Slash siempre será el ex–guitarrista de Guns N’ Roses y en sus conciertos nunca podrán faltar ni “Sweet child o’ mine”, ni “Paradise City”, pero si éstos pueden ser interpretados por un vocalista a la altura de las circunstancias y además ir acompañados de temazos como los que componen “Apocalyptic love”, pues mejor que mejor. Esperemos que esta hermandad Slash-Kennedy dure por muchos años.
Allá por Septiembre del año pasado ya escribí sobre “Made in Stoke”, el primer DVD en directo de la carrera en solitario de Slash que registró en su pueblo como resumen de la gira de conciertos promocionales de su álbum homónimo. En él, y durante toda la gira, Slash se acompañó sobre el escenario de un par de músicos canadienses llamados Todd Kerns (bajo) y Brent Fitz (batería), de su viejo amigo Bobby Schneck (guitarra rítmica) y de Myles Kennedy, vocalista de la banda Alter Bridge cuya voz ya quedó registrada en los temas “Starlight” y “Back from Cali” del primer álbum de Slash. Viendo el DVD yo nunca tuve la sensación de estar viendo a una mega estrella mundial acompañada de un puñado de músicos de sesión como puede pasar en los conciertos de Mark Knopfler, Steve Vai, Joe Satriani o de cualquier otro “Guitar Hero”. Aquí, de principio a fin el espectador está viendo a una banda de hard-rock totalmente compacta, como si llevaran diez o quince años de carrera juntos. Ese grado de compenetración, esa fuerza como banda y esa presencia encima de un escenario no podía ser desaprovechada así que en cuanto acabó la gira no tardaron el meterse en el estudio (todos salvo Bobby Schneck) para grabar el LP que nos ocupa.
Pese a que el nombre que aparece en la portada del disco con la tipografía más grande sea el de Slash, en esta ocasión el subtítulo “Featuring Myles Kennedy and The Conspirators” ya deja ver que sí, que es un disco de Slash (para que se entere todo el mundo de que el guitarrista de la chistera ha vuelto para quedarse), pero que tanto Myles Kennedy como Todd Kerns y Brent Fitz (The Conspirators) también tienen su peso específico en la composición y grabación de los temas y que ya no se trata de un disco de Slash con sus amigos como artistas invitados como sí ocurría en el anterior disco sino el trabajo de una banda con cara y ojos. Tras un año entero de escucha del álbum y conociendo bastante al dedillo toda su discografía post-Guns N’ Roses, me atrevería a decir sin dudarlo ni un segundo que ésta es la mejor formación con la que ha trabajado Slash desde el año 1995. Ni los Snakepit de Eric Dover, Matt Sorum, Gilby Clarke y Mike Inez; ni los Snakepit de Rod Jackson, Ryan Roxie, John Griparic y Matt Laug; ni los Velvet Revolver de Scott Weiland, Duff McKagan, Matt Sorum y Dave Kushner. Evidentemente con todos hizo grandes temas (con unos mejores que con otros) pero con ninguno de ellos consiguió cuajar un buen LP ni desplegar unos buenos conciertos como sí lo ha conseguido con Myles Kennedy and The Conspirators. Pero no sólo porque de una vez por todas ha conseguido un vocalista a la altura de su talento musical como es Myles Kennedy (impresionante lo que puede llegar a hacer este hombre con su voz), sino porque el disco en sí carece de fisuras ni elementos sobrantes que si pudieras te gustaría cambiar como ocurría con los anteriores trabajos de Slash. Escuchando cualquiera de los discos de los diferentes Snakepit y, sobre todo, los de Velvet Revolver, uno decía siempre eso de: “Sí, vale, no suena mal pero con Guns N’ Roses...”. Escuchando “Apocalyptic love” uno consigue algo hasta ahora inimaginable que es olvidarse de que el tío que toca la guitarra perteneció a Guns N’ Roses. Puede parecer increíble pero es cierto.
Destacar algún tema concreto del disco es una tarea bastante complicada puesto que todo él es una pieza compacta y difícilmente divisible, pero puestos a elegir los “singles” del disco por llamarlos de alguna manera sí que podríamos nombrar algunos temas como “Apocalyptic love”, “One last trill”, “You are a lie”, “Hard & fast” o “Halo” como piezas representantes del estilo hard-rock más contundente de mediados de los 90’s; “Anastasia”, cuya introducción recuerda en parte al “Babe I’m gonna leave you” de los Led Zeppelin pero cuyo cuerpo es un hard-rock metallero denominación de origen con un cierto toque épico; “Not for me”, posiblemente el tema más apoteósico del disco donde Slash se recrea en los solos central y final del tema y donde Myles Kennedy sube desde los niveles más bajos de su garganta hasta unos niveles de agudos imposibles; y la única balada del disco titulada “Far away”, que siendo balada no por ello es pastelosa o mierder como se podría haber esperado. Vamos, que al final he acabado nombrando casi todos los temas del álbum. Al margen de particularidades, el sonido global del disco es fresco y nada anticuado como ocurre cuando músicos de los 90’s reaparecen para intentar hacer lo mismo que hacían cuando estaban en el punto álgido de su carrera pero veinte años después. “Apocalyptic love” es un disco de un hard-rock totalmente adaptado a los tiempos que no suena para nada casposo, rancio o anacrónico.
Evidentemente nadie va a descubrir nada de Slash ni de sus cualidades como guitarrista a estas alturas de la vida, pero el tándem que ha formado con Myles Kennedy, un tío con personalidad propia, con talento vocal, creativo y compositivo tiene una pinta acojonante si éste llegara a tener continuidad. Un tipo como Myles Kennedy era justo lo que venía necesitando Slash desde hacía muchos años para salir un poco de la mediocridad en la que injustificadamente se ha visto envuelto durante años. Evidente e irremediablemente Slash siempre será el ex–guitarrista de Guns N’ Roses y en sus conciertos nunca podrán faltar ni “Sweet child o’ mine”, ni “Paradise City”, pero si éstos pueden ser interpretados por un vocalista a la altura de las circunstancias y además ir acompañados de temazos como los que componen “Apocalyptic love”, pues mejor que mejor. Esperemos que esta hermandad Slash-Kennedy dure por muchos años.
No hay comentarios:
Publicar un comentario