Otro disco más de un antiguo componente de Guns N' Roses. En esta ocasión le toca el turno al personaje más acabado y con menos talento artístico y musical de todos los que han pasado por la banda californiana: Steven Adler, el batería original de Guns N' Roses que en 1991 fue expulsado del grupo por su adicción a la heroína.
Tras su salida de Guns N' Roses no se supo demasiado sobre él. De vez en cuando iba saltando algún rumor sobre su adicción a las drogas, llegándose a publicar en algún medio de comunicación que Steven estaba viviendo en un coche. Pero al margen de todos estos rumores, lo que es cierto es que en 2003, veinte años después de la fundación de Guns N' Roses, Steven reclutó a los despojos de diversas bandas menores del panorama hard rockero americano de los 80’s y formó su propio grupo bajo el nombre de Adler’s Appetite. Entre estos músicos se encontraban Sheldon Tarsha como vocalista, Robbie Crane como bajista y Keri Kelly como guitarrista. Durante dos años Adler's Appetite se recorrieron los clubs y salas de conciertos más importantes de Estados Unidos y Europa, tocando versiones de algunos clásicos del hard rock y de todos aquellos temas de Guns N’ Roses de los cuales Steven Adler posee parte de los derechos de autor. Durante aquella gira Adler’s Appetite fueron apadrinados por Slash e Izzy Stradlin’ que, a modo de O.N.G., acompañaron en alguna que otra actuación a su ex–compañero para darle un poco de bola.
Debido a la gran cantidad de nostálgicos que todavía quedan de la época gloriosa de Guns N’ Roses (porque lo que hay ahora es otra cosa), el éxito de la gira de Adler’s Appetite fue tal que no desaprovecharon la oportunidad de publicar su primer trabajo discográfico, un EP de seis temas de título homónimo.
Después de escucharlo podríamos decir que se trata de un disco de hard rock del montón, como existen tantos otros, en el que no hay absolutamente nada destacable salvo la presencia de Steven Adler con su estilo tan particularmente básico de toda la vida. Podría ser generoso y salvar algún que otro solo de guitarra de Keri Kelly (el cual ya acompañó a Slash en la gira de promoción del segundo álbum de Slash’s Snakepit), pero nada del otro mundo. Como curiosidad, decir que el EP se cierra con una versión del tema de Aerosmith "Draw the line".
En definitiva, un trabajo discográfico mediocre para una banda mediocre que, a pesar del estilo mediocre de su mediocre líder, han tenido que ponerle su apellido y la primera palabra del título del primer disco de su ex–banda como reclamo para que la gente se lo compre y vaya a sus conciertos. Ni que decir tiene que la estrategia les salió de maravilla, la prueba está en que yo mismo estoy escribiendo sobre ellos.
Tras su salida de Guns N' Roses no se supo demasiado sobre él. De vez en cuando iba saltando algún rumor sobre su adicción a las drogas, llegándose a publicar en algún medio de comunicación que Steven estaba viviendo en un coche. Pero al margen de todos estos rumores, lo que es cierto es que en 2003, veinte años después de la fundación de Guns N' Roses, Steven reclutó a los despojos de diversas bandas menores del panorama hard rockero americano de los 80’s y formó su propio grupo bajo el nombre de Adler’s Appetite. Entre estos músicos se encontraban Sheldon Tarsha como vocalista, Robbie Crane como bajista y Keri Kelly como guitarrista. Durante dos años Adler's Appetite se recorrieron los clubs y salas de conciertos más importantes de Estados Unidos y Europa, tocando versiones de algunos clásicos del hard rock y de todos aquellos temas de Guns N’ Roses de los cuales Steven Adler posee parte de los derechos de autor. Durante aquella gira Adler’s Appetite fueron apadrinados por Slash e Izzy Stradlin’ que, a modo de O.N.G., acompañaron en alguna que otra actuación a su ex–compañero para darle un poco de bola.
Debido a la gran cantidad de nostálgicos que todavía quedan de la época gloriosa de Guns N’ Roses (porque lo que hay ahora es otra cosa), el éxito de la gira de Adler’s Appetite fue tal que no desaprovecharon la oportunidad de publicar su primer trabajo discográfico, un EP de seis temas de título homónimo.
Después de escucharlo podríamos decir que se trata de un disco de hard rock del montón, como existen tantos otros, en el que no hay absolutamente nada destacable salvo la presencia de Steven Adler con su estilo tan particularmente básico de toda la vida. Podría ser generoso y salvar algún que otro solo de guitarra de Keri Kelly (el cual ya acompañó a Slash en la gira de promoción del segundo álbum de Slash’s Snakepit), pero nada del otro mundo. Como curiosidad, decir que el EP se cierra con una versión del tema de Aerosmith "Draw the line".
En definitiva, un trabajo discográfico mediocre para una banda mediocre que, a pesar del estilo mediocre de su mediocre líder, han tenido que ponerle su apellido y la primera palabra del título del primer disco de su ex–banda como reclamo para que la gente se lo compre y vaya a sus conciertos. Ni que decir tiene que la estrategia les salió de maravilla, la prueba está en que yo mismo estoy escribiendo sobre ellos.
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