Nacho Vegas y Christina Rosenvinge, dos de las voces con menos sangre de todo el panorama musical español, se asocian musicalmente para grabar “Verano fatal”, un disco de siete temas triacordes (eso cuando llegan a tres el número de acordes utilizados, lo cual no ocurre siempre) que, más que en tiendas de discos e Internet, debería venderse en farmacias y bajo prescripción médica debido a la somnolencia y a los efectos laxantes que provoca su escucha.
Christina Rosenvinge, la muchacha rubia que en 1988 se hizo famosa junto a Álex de la Nuez cantando aquello tan bueno de “Hago ¡chas! y aparezco a tu lado”, tiene una presencia poco más que testimonial en este “Verano fatal”, porque hay que hacer verdaderos esfuerzos para escuchar su voz y entender lo que dice. Nacho Vegas, por su parte, nos vuelve a deleitar con nuevas dosis de aburrimiento a base de encadenar frases muchísimo menos elaboradas que en sus anteriores trabajos y con ningún tipo de estilo ni musicalidad a la hora de encajar letras y música.
En lugar de evolucionar en su carrera musical y discográfica, resulta que Nacho Vegas cada vez trabaja menos. No sólo hace discos cada vez más cortos y de peor calidad sino que, últimamente, cuando no se asocia con uno se asocia con el otro. No cabe duda de que es un plan de marketing perfecto porque, independientemente del interés mediático que pueda despertar su música y sus trabajos discográficos, con estas asociaciones los discos del asturiano siempre acaban siendo noticia. ¿Para qué va a grabar un disco de más de siete canciones si con eso y juntándose con algún coleguita ya es más que suficiente para salir de gira por España?
De entre todas las canciones me gustaría destacar la que lleva el mismo título que el disco, “Verano fatal”, concretamente la frase en la que Nacho Vegas dice “Para ser un buen cantante hay que saber desafinar”... nos ha jodido, el que no se consuela es porque no quiere...
Christina Rosenvinge, la muchacha rubia que en 1988 se hizo famosa junto a Álex de la Nuez cantando aquello tan bueno de “Hago ¡chas! y aparezco a tu lado”, tiene una presencia poco más que testimonial en este “Verano fatal”, porque hay que hacer verdaderos esfuerzos para escuchar su voz y entender lo que dice. Nacho Vegas, por su parte, nos vuelve a deleitar con nuevas dosis de aburrimiento a base de encadenar frases muchísimo menos elaboradas que en sus anteriores trabajos y con ningún tipo de estilo ni musicalidad a la hora de encajar letras y música.
En lugar de evolucionar en su carrera musical y discográfica, resulta que Nacho Vegas cada vez trabaja menos. No sólo hace discos cada vez más cortos y de peor calidad sino que, últimamente, cuando no se asocia con uno se asocia con el otro. No cabe duda de que es un plan de marketing perfecto porque, independientemente del interés mediático que pueda despertar su música y sus trabajos discográficos, con estas asociaciones los discos del asturiano siempre acaban siendo noticia. ¿Para qué va a grabar un disco de más de siete canciones si con eso y juntándose con algún coleguita ya es más que suficiente para salir de gira por España?
De entre todas las canciones me gustaría destacar la que lleva el mismo título que el disco, “Verano fatal”, concretamente la frase en la que Nacho Vegas dice “Para ser un buen cantante hay que saber desafinar”... nos ha jodido, el que no se consuela es porque no quiere...
1 comentario:
Verano fatal ¡temazo!
En este disco sí que tolero la voz de Nacho. En cuanto a la Rosenvinge sigue en la línea de sus últimos trabajos: "Continental 62" es un disco que estuve escuchando durante bastante tiempo.
Ahí va otra frase:
"Y fumo diez mil cigarrillos y sé que mi voz quebrarán"
Ten cuidado, creo que Nacho prepara otra colaboración.....
¡Un saludo!
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