Como comenté hace unas cuantas reseñas, tras la publicación y presentación en directo del primer disco en solitario de Slash, el ex–guitarrista de Guns N’ Roses reclutó a Myles Kennedy (vocalista de Alter Bridge) y a una banda de músicos relativamente desconocidos para salir de gira por todo el planeta y promocionar en directo su nuevo trabajo. Myles Kennedy ya participó en la grabación del disco de Slash co-escribiendo y poniendo voz a los temas “Back from Cali” y “Starlight”, pero su versatilidad, su amplia variedad de registros vocales y su carisma y presencia encima del escenario le hicieron convertirse en el cantante ideal para llevar a cabo una gira de conciertos al frente de la banda del legendario guitarrista. Y es que el elegido no podía haber sido otro, porque la capacidad que posee Kennedy de alcanzar con la misma facilidad tanto tonos altos como tonos bajos, hacen de él el vocalista perfecto para ponerle voz en directo a las canciones de Guns N’ Roses, de Slash’s Snakepit y de Velvet Revolver, además de a las propias canciones del nuevo álbum. La larga gira de Slash y su banda por pequeñas salas y grandes festivales de medio mundo dio como fruto un doble CD, un DVD y un Blu-Ray en directo titulados “Made in Stoke”. “Made in Stoke” fue registrado durante la actuación celebrada el día 24 de Julio de 2011 en el teatro Victoria Hall de la localidad inglesa de Stoke-on-Trent, y supuso el primer trabajo discográfico y videográfico de Slash en directo al margen de Guns N’ Roses. La verdad es que el resultado no pudo ser mejor.
El hecho de que Slash decidiera grabar su primer trabajo en directo en Stoke-on-Trent, la ciudad que le vio nacer, y ponerle como título a la grabación “Made in Stoke”, ya de por sí es especial. Que un tipo tan sumamente integrado desde hace tantísimos años en la forma de vida californiana, angelina y hollywoodiense se acuerde de su lugar de origen a la hora de grabar su primer álbum en directo, la verdad es que a mí me resulta un detalle muy bonito e inevitablemente hace que me acuerde de artistas como Enrique Bunbury o Amaral, que para grabar sus primeros discos en directo se fueron hasta México D.F. y Madrid respectivamente en lugar de hacerlo en su Zaragoza natal. Pero bueno, dejemos a un lado a los artistas mediocres que estamos hablando de Slash y no es bueno utilizar el nombre de Slash en vano. El caso es que Slash eligió para su grabación el lugar donde dio sus primeros pasos y durante todo el concierto se muestra muy contento de estar allí y muy agradecido con la presencia y la entrega de sus paisanos.
Entrando ya en materia, decir que el “set-list” del concierto está compuesto por veintiún temas entre los que se alternan algunos del nuevo álbum de Slash como “Ghost”, “Back from Cali”, “Nothing to say”, “Starlight”, “Doctor Alibi”, la instrumental “Watch this” y “By the sword”; con tres temas de los Slash’s Snakepit de Rod Jackson como “Been there lately” (con la que abre el concierto), “Mean bone” y “Speed parade”; otro más de los Slash’s Snakepit de Eric Dover como “Beggars & hangers-on”; “Slither” como único tema de Velvet Revolver; y una selección de himnos de Guns N’ Roses como “Nightrain”, “Rocket Queen”, “Civil War”, “Patience”, “Sweet child o’ mine”, “Mr. Brownston” y “Paradise City”. A lo mejor peco de ventajista diciendo lo que voy a decir, pero en absolutamente ninguno de estos temas cruje la voz de Myles Kennedy como sí ocurría cuando eran los otros “partners” de Slash los que le ponían voz a canciones ajenas. Por poner un ejemplo, escuchar a Myles Kennedy entonando “Patience” es gloria bendita, sin embargo, escuchar la misma canción de boca de Scott Weiland es casi peor que un dolor de huevos. Y eso por no entrar en comparaciones entre Myles Kennedy y el mismísimo Axl Rose en la actualidad, ya que no sería justo comparar a un cantante en plena forma con un cantante en vías de extinción. Además de todas estas canciones, como viene siendo habitual desde hace algunos años, Slash nos obsequia con un larguísimo solo de guitarra que sirve de introducción a “Sweet child o’ mine” y que básicamente consiste en el tema principal de la película “El Padrino” ampliado con las clásicas idas de pelota de los “Guitar Heroes” dentro de las cuales introduce un pequeño fragmento del tema “Anastasia”, en aquel momento inédito pero que un año más tarde aparecería en su siguiente disco.
Mención especial merece la formación que acompañó a Myles Kennedy y a Slash en este concierto y en toda la gira. En el bajo, coros y sustituyendo al bueno de Lemmy Kilmister en la voz principal del tema “Doctor Alibi” tenemos a Todd Kerns, un canadiense de cuarenta y dos años cuyo currículum de bandas se reduce únicamente a un par de grupos canadienses de finales de los 80’s y principios de los 90’s llamados Static in Stereo y Age of Electric, y otra banda de Las Vegas todavía en activo llamada Sin City Sinners, en la que comparte formación con Brent Muscat de los Faster Pussycat y cuyo trabajo en ella ha estado compaginando con su trabajo con Slash. En la batería tenemos a Brent Fitz, otro canadiense de cuarenta y dos años que parece un clon de Todd Kerns pero cuyo currículum es bastante más amplio que el de su compañero, habiendo prestado sus servicios a gente de la talla de Alice Cooper o Vince Neil, y militado en bandas como los Union de John Corabi y Bruce Kulick, o los grupos canadienses Theory of a Deadman, The Guess Who, Streetheart, Harlequin y Econoline Crush. Por lo que respecta al guitarrista de apoyo, en esta ocasión es Bobby Schneck, un viejo conocido de Slash con el que ya había tocado en directo durante su gira con la banda de versiones Slash's Blues Ball. Juntos, Slash, Myles Kennedy, Todd Kerns, Brent Fitz y Bobby Schneck forman una banda muy compacta y muy compenetrada, e individualmente demuestran estar en un estado de forma excepcional a pesar de haber superado todos ellos la cuarentena. La buena experiencia del trabajo conjunto hizo que, a excepción de Bobby Schneck, todos fueran reclutados de nuevo por Slash para grabar y llevar al directo el que sería su siguiente álbum de estudio del cual hablaré más adelante.
Yo, personalmente, me lo pasé tremendamente bien visionando en DVD este “Made in Stoke”. No se trata de un concierto con un gran despliegue de parafernalia escénica, pirotecnia, pasarelas, monstruos inflables ni nada de lo que era habitual en los grandes conciertos de rock de los 80’s y 90’s. Simplemente es la grabación en directo de veintiuna grandes canciones (dentro de las cuales se encuentran algunas de mis preferidas de toda la vida), con un magnífico cantante defendiéndolas brillantemente, una terna de buenos músicos poniendo la base de todo el sonido, y lo más importante, con el que yo considero uno de los tres mejores guitarristas de todos los tiempos haciendo lo que mejor sabe hacer que es tocar la guitarra. Todos estos elementos son más que suficientes para hacerme llegar a la conclusión de que “Made in Stoke” sería uno de los tres o cuatro DVD’s musicales que yo me llevaría a una isla desierta en la que no hubiera nada excepto una televisión y un reproductor de DVD.
El hecho de que Slash decidiera grabar su primer trabajo en directo en Stoke-on-Trent, la ciudad que le vio nacer, y ponerle como título a la grabación “Made in Stoke”, ya de por sí es especial. Que un tipo tan sumamente integrado desde hace tantísimos años en la forma de vida californiana, angelina y hollywoodiense se acuerde de su lugar de origen a la hora de grabar su primer álbum en directo, la verdad es que a mí me resulta un detalle muy bonito e inevitablemente hace que me acuerde de artistas como Enrique Bunbury o Amaral, que para grabar sus primeros discos en directo se fueron hasta México D.F. y Madrid respectivamente en lugar de hacerlo en su Zaragoza natal. Pero bueno, dejemos a un lado a los artistas mediocres que estamos hablando de Slash y no es bueno utilizar el nombre de Slash en vano. El caso es que Slash eligió para su grabación el lugar donde dio sus primeros pasos y durante todo el concierto se muestra muy contento de estar allí y muy agradecido con la presencia y la entrega de sus paisanos.
Entrando ya en materia, decir que el “set-list” del concierto está compuesto por veintiún temas entre los que se alternan algunos del nuevo álbum de Slash como “Ghost”, “Back from Cali”, “Nothing to say”, “Starlight”, “Doctor Alibi”, la instrumental “Watch this” y “By the sword”; con tres temas de los Slash’s Snakepit de Rod Jackson como “Been there lately” (con la que abre el concierto), “Mean bone” y “Speed parade”; otro más de los Slash’s Snakepit de Eric Dover como “Beggars & hangers-on”; “Slither” como único tema de Velvet Revolver; y una selección de himnos de Guns N’ Roses como “Nightrain”, “Rocket Queen”, “Civil War”, “Patience”, “Sweet child o’ mine”, “Mr. Brownston” y “Paradise City”. A lo mejor peco de ventajista diciendo lo que voy a decir, pero en absolutamente ninguno de estos temas cruje la voz de Myles Kennedy como sí ocurría cuando eran los otros “partners” de Slash los que le ponían voz a canciones ajenas. Por poner un ejemplo, escuchar a Myles Kennedy entonando “Patience” es gloria bendita, sin embargo, escuchar la misma canción de boca de Scott Weiland es casi peor que un dolor de huevos. Y eso por no entrar en comparaciones entre Myles Kennedy y el mismísimo Axl Rose en la actualidad, ya que no sería justo comparar a un cantante en plena forma con un cantante en vías de extinción. Además de todas estas canciones, como viene siendo habitual desde hace algunos años, Slash nos obsequia con un larguísimo solo de guitarra que sirve de introducción a “Sweet child o’ mine” y que básicamente consiste en el tema principal de la película “El Padrino” ampliado con las clásicas idas de pelota de los “Guitar Heroes” dentro de las cuales introduce un pequeño fragmento del tema “Anastasia”, en aquel momento inédito pero que un año más tarde aparecería en su siguiente disco.
Mención especial merece la formación que acompañó a Myles Kennedy y a Slash en este concierto y en toda la gira. En el bajo, coros y sustituyendo al bueno de Lemmy Kilmister en la voz principal del tema “Doctor Alibi” tenemos a Todd Kerns, un canadiense de cuarenta y dos años cuyo currículum de bandas se reduce únicamente a un par de grupos canadienses de finales de los 80’s y principios de los 90’s llamados Static in Stereo y Age of Electric, y otra banda de Las Vegas todavía en activo llamada Sin City Sinners, en la que comparte formación con Brent Muscat de los Faster Pussycat y cuyo trabajo en ella ha estado compaginando con su trabajo con Slash. En la batería tenemos a Brent Fitz, otro canadiense de cuarenta y dos años que parece un clon de Todd Kerns pero cuyo currículum es bastante más amplio que el de su compañero, habiendo prestado sus servicios a gente de la talla de Alice Cooper o Vince Neil, y militado en bandas como los Union de John Corabi y Bruce Kulick, o los grupos canadienses Theory of a Deadman, The Guess Who, Streetheart, Harlequin y Econoline Crush. Por lo que respecta al guitarrista de apoyo, en esta ocasión es Bobby Schneck, un viejo conocido de Slash con el que ya había tocado en directo durante su gira con la banda de versiones Slash's Blues Ball. Juntos, Slash, Myles Kennedy, Todd Kerns, Brent Fitz y Bobby Schneck forman una banda muy compacta y muy compenetrada, e individualmente demuestran estar en un estado de forma excepcional a pesar de haber superado todos ellos la cuarentena. La buena experiencia del trabajo conjunto hizo que, a excepción de Bobby Schneck, todos fueran reclutados de nuevo por Slash para grabar y llevar al directo el que sería su siguiente álbum de estudio del cual hablaré más adelante.
Yo, personalmente, me lo pasé tremendamente bien visionando en DVD este “Made in Stoke”. No se trata de un concierto con un gran despliegue de parafernalia escénica, pirotecnia, pasarelas, monstruos inflables ni nada de lo que era habitual en los grandes conciertos de rock de los 80’s y 90’s. Simplemente es la grabación en directo de veintiuna grandes canciones (dentro de las cuales se encuentran algunas de mis preferidas de toda la vida), con un magnífico cantante defendiéndolas brillantemente, una terna de buenos músicos poniendo la base de todo el sonido, y lo más importante, con el que yo considero uno de los tres mejores guitarristas de todos los tiempos haciendo lo que mejor sabe hacer que es tocar la guitarra. Todos estos elementos son más que suficientes para hacerme llegar a la conclusión de que “Made in Stoke” sería uno de los tres o cuatro DVD’s musicales que yo me llevaría a una isla desierta en la que no hubiera nada excepto una televisión y un reproductor de DVD.
No hay comentarios:
Publicar un comentario