Octavo y último disco de la carrera en solitario de Ariel Rot antes de la edición de “Etiqueta Negra”, la caja especial conmemorativa de sus treinta años en el mundo de la música.
Fuimos muchos los que pensamos que tras “Hablando solo” y “Cenizas en el aire”, en “Lo siento, Frank”, su siguiente disco de estudio, Ariel se había relajado considerablemente. Para la grabación de “Hablando solo” Ariel se desplazó a los estudios “Du Manoir” del sur de Francia y contó con la colaboración de The Atractions (la banda que acompaña a Elvis Costello desde hace más de 25 años) y Joe Blaney (el productor que ha trabajado con Keith Richards, Prince, The Clash, Ramones, Los Rodríguez y Andrés Calamaro entre otros). “Cenizas en el aire” también se grabó en “Du Manoir” pero fue producido por el mismo Ariel con Joe Blaney haciendo las labores de ingeniero de sonido. Esta vez no se rodeó de veteranos músicos de estudio sino de la formación que le había acompañado en los conciertos de su anterior gira. En ambos trabajos el resultado fue magnífico ya que grandísimos temas fueron registrados de una forma exquisita y muy profesional, alcanzando prácticamente la perfección sonora. Sin embargo “Lo siento, Frank” olía a disco barato, poco trabajado y de escasos medios. Esta vez ni viajó a Francia ni contó con la ayuda de Joe Blaney, sino que lo grabó en los estudios “La Cabaña Sonora” con José Nortes en la producción. Pero al margen de este descenso cualitativo en el proceso de grabación, eran las letras y la música en sí lo que flojeaba en este disco con respecto a los otros. Mientras que sus anteriores trabajos estaban plagados de temas excelentes, en éste muy pocos llegaban al notable. Daba la sensación de que lo más interesante del disco era el estuche de cartón diseñado por el modisto y diseñador David Delfín y el elenco de colaboradores que le acompañaron (Andrés Calamaro, Germán Vilella, Dani Nel.lo, Jaime Urrutia, Andy Chango, etc.).
Sería injusto y falso decir que “Lo siento, Frank” fue un mal disco, el problema estuvo en que el mismo Ariel se puso el listón tan alto con “Hablando solo” y “Cenizas en el aire” que su relajación en todos los aspectos fue demasiado evidente y algo decepcionante para los que admiramos su música. Pero como rectificar es de sabios, Ariel Rot dejó atrás la simplicidad, la comodidad y el trabajo casero, y dos años más tarde volvió a la carga con “Ahora piden tu cabeza”.
“Ahora piden tu cabeza” es un álbum de Ariel Rot en estado puro. En él hay espacio para el rock, para el pop, para el swing, para el jazz, para el funky e incluso para el folklore argentino. El disco abre con “Ahora piden tu cabeza”, un tema pop cuyo mensaje viene a decir más o menos lo que acabo de explicar en el párrafo anterior, que un músico no puede relajarse nunca si no quiere dejar de estar en la cima. Justo después nos encontramos con “Los tipos duros no bailan”, un tema con clarísimas reminiscencias de las baladas de los Rolling Stones. Más adelante tenemos “Dulce y solitario”, un funky; “Swing”, un swing (valga la redundancia) con letra de Sergio Makaroff (es casi imposible concebir un disco de Ariel Rot sin una sola letra de Sergio Makaroff); “Adiós carnaval” y “Muñeca rota”, un par de baladas; “Ya no sé dónde estaría”, una chacarera argentina; y una colección de temas pop-rock como “Fakir”, “Como la cigarra”, “Promesas de ayer” e “Historia incompleta”, temas muy en la línea de lo que ha venido haciendo Ariel Rot desde que trabaja en solitario. En definitiva, son 40 minutos de buena música desde que empieza hasta que acaba.
Para la prensa cada disco que publica Ariel Rot es el disco más maduro o más adulto de su carrera. No sé si se refieren al mensaje de sus letras, si se refieren a su música o si lo dicen porque queda bien decirlo y llena líneas. A mí personalmente “Ahora piden tu cabeza” no me parece más maduro que “Hablando solo” ni que “Cenizas en el aire”. Está claro que la línea musical que ha elegido Ariel Rot desde que abandonó Los Rodríguez ha sido utilizar el rock como hilo conductor entre otros estilos, como por ejemplo el jazz o el funky, que le apasionan y que se nota que domina pero que en sus anteriores bandas no pudo desarrollar.
En mi opinión “Ahora piden tu cabeza” se aproxima mucho pero no supera a “Hablando solo” y “Cenizas en el aire”. Aún así, no cabe duda que fue la mejor manera de reivindicar que Ariel Rot es uno de los grandes músicos del panorama musical hispano y que en absoluto se le ha olvidado cómo se hacen canciones, cómo se toca la guitarra y cómo se graban buenos discos. Esperemos que vengan muchos más discos iguales o parecidos.
Fuimos muchos los que pensamos que tras “Hablando solo” y “Cenizas en el aire”, en “Lo siento, Frank”, su siguiente disco de estudio, Ariel se había relajado considerablemente. Para la grabación de “Hablando solo” Ariel se desplazó a los estudios “Du Manoir” del sur de Francia y contó con la colaboración de The Atractions (la banda que acompaña a Elvis Costello desde hace más de 25 años) y Joe Blaney (el productor que ha trabajado con Keith Richards, Prince, The Clash, Ramones, Los Rodríguez y Andrés Calamaro entre otros). “Cenizas en el aire” también se grabó en “Du Manoir” pero fue producido por el mismo Ariel con Joe Blaney haciendo las labores de ingeniero de sonido. Esta vez no se rodeó de veteranos músicos de estudio sino de la formación que le había acompañado en los conciertos de su anterior gira. En ambos trabajos el resultado fue magnífico ya que grandísimos temas fueron registrados de una forma exquisita y muy profesional, alcanzando prácticamente la perfección sonora. Sin embargo “Lo siento, Frank” olía a disco barato, poco trabajado y de escasos medios. Esta vez ni viajó a Francia ni contó con la ayuda de Joe Blaney, sino que lo grabó en los estudios “La Cabaña Sonora” con José Nortes en la producción. Pero al margen de este descenso cualitativo en el proceso de grabación, eran las letras y la música en sí lo que flojeaba en este disco con respecto a los otros. Mientras que sus anteriores trabajos estaban plagados de temas excelentes, en éste muy pocos llegaban al notable. Daba la sensación de que lo más interesante del disco era el estuche de cartón diseñado por el modisto y diseñador David Delfín y el elenco de colaboradores que le acompañaron (Andrés Calamaro, Germán Vilella, Dani Nel.lo, Jaime Urrutia, Andy Chango, etc.).
Sería injusto y falso decir que “Lo siento, Frank” fue un mal disco, el problema estuvo en que el mismo Ariel se puso el listón tan alto con “Hablando solo” y “Cenizas en el aire” que su relajación en todos los aspectos fue demasiado evidente y algo decepcionante para los que admiramos su música. Pero como rectificar es de sabios, Ariel Rot dejó atrás la simplicidad, la comodidad y el trabajo casero, y dos años más tarde volvió a la carga con “Ahora piden tu cabeza”.
“Ahora piden tu cabeza” es un álbum de Ariel Rot en estado puro. En él hay espacio para el rock, para el pop, para el swing, para el jazz, para el funky e incluso para el folklore argentino. El disco abre con “Ahora piden tu cabeza”, un tema pop cuyo mensaje viene a decir más o menos lo que acabo de explicar en el párrafo anterior, que un músico no puede relajarse nunca si no quiere dejar de estar en la cima. Justo después nos encontramos con “Los tipos duros no bailan”, un tema con clarísimas reminiscencias de las baladas de los Rolling Stones. Más adelante tenemos “Dulce y solitario”, un funky; “Swing”, un swing (valga la redundancia) con letra de Sergio Makaroff (es casi imposible concebir un disco de Ariel Rot sin una sola letra de Sergio Makaroff); “Adiós carnaval” y “Muñeca rota”, un par de baladas; “Ya no sé dónde estaría”, una chacarera argentina; y una colección de temas pop-rock como “Fakir”, “Como la cigarra”, “Promesas de ayer” e “Historia incompleta”, temas muy en la línea de lo que ha venido haciendo Ariel Rot desde que trabaja en solitario. En definitiva, son 40 minutos de buena música desde que empieza hasta que acaba.
Para la prensa cada disco que publica Ariel Rot es el disco más maduro o más adulto de su carrera. No sé si se refieren al mensaje de sus letras, si se refieren a su música o si lo dicen porque queda bien decirlo y llena líneas. A mí personalmente “Ahora piden tu cabeza” no me parece más maduro que “Hablando solo” ni que “Cenizas en el aire”. Está claro que la línea musical que ha elegido Ariel Rot desde que abandonó Los Rodríguez ha sido utilizar el rock como hilo conductor entre otros estilos, como por ejemplo el jazz o el funky, que le apasionan y que se nota que domina pero que en sus anteriores bandas no pudo desarrollar.
En mi opinión “Ahora piden tu cabeza” se aproxima mucho pero no supera a “Hablando solo” y “Cenizas en el aire”. Aún así, no cabe duda que fue la mejor manera de reivindicar que Ariel Rot es uno de los grandes músicos del panorama musical hispano y que en absoluto se le ha olvidado cómo se hacen canciones, cómo se toca la guitarra y cómo se graban buenos discos. Esperemos que vengan muchos más discos iguales o parecidos.
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