Hay que ver lo traicionero que puede llegar a ser el paso del tiempo, y más cuando existen testimonios gráficos como este DVD de Eric Clapton editado en el año 2006 pero registrado en 1986. No soy ni admirador ni conocedor de la obra de “Manolenta”, pero al ver la carátula en la sección musical de la biblioteca de mi barrio no pude resistir la tentación de llevármelo a casa para visionarlo.
“Live at Montreux” es la grabación completa de la actuación de Eric Clapton que tuvo lugar hace veintidós años en el Montreux Jazz Festival, uno de los festivales de jazz más prestigiosos a nivel internacional. Para aquella ocasión Eric Clapton contó con la colaboración del mismísimo Phil Collins en la batería y de Greg Phillinganes en los teclados y Natahn East en el bajo, dos músicos a sueldo que a lo largo de su carrera han prestado sus servicios a distintos artistas como Stevie Wonder, Paul McCartney o Michael Jackson entre otros.
En mi opinión, el concierto es un tanto aburrido. Entre que la calidad de imagen es bastante regular, propia de una grabación para televisión sin una demasiado cuidada realización; que Eric Clapton no me entusiasma demasiado; que el sonido de los 80’s con sintetizadores, percusiones programadas y efecto “flange” en las guitarras Stratocaster suena ya bastante cateto; y que no me sé la mayoría de las canciones del repertorio; pues la verdad es que “Live at Montreux” no ha sido uno de esos DVD’s que te pones a ver y que te enganchan desde el principio hasta el final. Ahora igual digo una barbaridad, pero es que yo ni siquiera considero a Eric Clapton ningún virtuoso de la guitarra como pueden serlo otros guitarristas contemporáneos suyos como David Gilmour o Mark Knopfler por ejemplo. Clapton tiene una voz de bluesero que no tiene ninguno de estos dos, pero por lo que respecta a la guitarra, a mí me parece un músico bastante normal.
Como de todo en la vida hay que sacar algo positivo, diré que lo que más me ha interesado del concierto han sido la versión de “I shot the sheriff” de Bob Marley y la interpretación de algunos clásicos de la carrera de Eric Clapton como “Layla”, “Cocaine” o “Sunshine of your love”. Además, también tiene su gracia la puesta en escena de “In the air tonight” por parte de Phil Collins tocando la batería y cantando a la vez.
Pero si tuviera que destacar algo por encima de todas las cosas de este “Live at Montreux”, destacaría el absoluto derroche de ochenterismo y horterismo que desprende todo él, no sólo musicalmente sino sobre todo estéticamente. La camisa de seda naranja con mangas hasta los codos y pechera desabrochada enseñando los pelos del pecho y la cadena de oro, los pantalones granulados de pinzas, y los zapatos mocasín marrón sobre calcetín blanco de deporte que porta Eric Clapton, son todo un espectáculo, digno todo ello de ser puesto a un maniquí y guardarlo en un hipotético museo de la moda de los ochenta. Eso por no hablar de los pantalones amarillos, el polo de rayas largo como una saya y la melena colgando detrás de la calva que luce Phil Collins.
Sin duda alguna, “Live at Montreux” es un documento curioso de esos que nunca está de más visionar. Lo que no comprendo muy bien es qué tiene que ver Eric Clapton y el “set-list” que despliega en este concierto con el jazz, pero bueno.
“Live at Montreux” es la grabación completa de la actuación de Eric Clapton que tuvo lugar hace veintidós años en el Montreux Jazz Festival, uno de los festivales de jazz más prestigiosos a nivel internacional. Para aquella ocasión Eric Clapton contó con la colaboración del mismísimo Phil Collins en la batería y de Greg Phillinganes en los teclados y Natahn East en el bajo, dos músicos a sueldo que a lo largo de su carrera han prestado sus servicios a distintos artistas como Stevie Wonder, Paul McCartney o Michael Jackson entre otros.
En mi opinión, el concierto es un tanto aburrido. Entre que la calidad de imagen es bastante regular, propia de una grabación para televisión sin una demasiado cuidada realización; que Eric Clapton no me entusiasma demasiado; que el sonido de los 80’s con sintetizadores, percusiones programadas y efecto “flange” en las guitarras Stratocaster suena ya bastante cateto; y que no me sé la mayoría de las canciones del repertorio; pues la verdad es que “Live at Montreux” no ha sido uno de esos DVD’s que te pones a ver y que te enganchan desde el principio hasta el final. Ahora igual digo una barbaridad, pero es que yo ni siquiera considero a Eric Clapton ningún virtuoso de la guitarra como pueden serlo otros guitarristas contemporáneos suyos como David Gilmour o Mark Knopfler por ejemplo. Clapton tiene una voz de bluesero que no tiene ninguno de estos dos, pero por lo que respecta a la guitarra, a mí me parece un músico bastante normal.
Como de todo en la vida hay que sacar algo positivo, diré que lo que más me ha interesado del concierto han sido la versión de “I shot the sheriff” de Bob Marley y la interpretación de algunos clásicos de la carrera de Eric Clapton como “Layla”, “Cocaine” o “Sunshine of your love”. Además, también tiene su gracia la puesta en escena de “In the air tonight” por parte de Phil Collins tocando la batería y cantando a la vez.
Pero si tuviera que destacar algo por encima de todas las cosas de este “Live at Montreux”, destacaría el absoluto derroche de ochenterismo y horterismo que desprende todo él, no sólo musicalmente sino sobre todo estéticamente. La camisa de seda naranja con mangas hasta los codos y pechera desabrochada enseñando los pelos del pecho y la cadena de oro, los pantalones granulados de pinzas, y los zapatos mocasín marrón sobre calcetín blanco de deporte que porta Eric Clapton, son todo un espectáculo, digno todo ello de ser puesto a un maniquí y guardarlo en un hipotético museo de la moda de los ochenta. Eso por no hablar de los pantalones amarillos, el polo de rayas largo como una saya y la melena colgando detrás de la calva que luce Phil Collins.
Sin duda alguna, “Live at Montreux” es un documento curioso de esos que nunca está de más visionar. Lo que no comprendo muy bien es qué tiene que ver Eric Clapton y el “set-list” que despliega en este concierto con el jazz, pero bueno.