De toda la vida, el verano siempre ha sido una época del año en la que los estrenos cinematográficos han dejado mucho que desear. Al parecer, en los últimos años las grandes compañías de la industria cinematográfica están haciendo lo posible para romper esta norma no escrita. Si el verano pasado fue “Origen” de Christopher Nolan uno de los estrenos de año, este 2011 lo están siendo la última entrega de la saga de Harry Potter, la precuela del Planeta de los Simios y la nueva adaptación al cine de un cómic de Marvel, esta vez dedicada al Capitán América. Sí, vale, los culturetas gafapasta a los que les gusta el cine iraní dirán: “¡Pues vaya lo que consideras tú películas buenas!”. Pues sí, ¿qué pasa? Soy de los que creen que el cine es un entretenimiento y un espectáculo, y como tal, me gusta ver películas que me sorprendan, tanto en lo narrativo como en lo visual. Por lo tanto, y le pese a quien le pese, para mí todo esto que acabo de nombrar son buenas películas y en especial “Capitán América: El primer Vengador” que es de la que voy a hablar a continuación. Lo que sí es cierto es que las películas de superhéroes suelen ser como los melones. Aunque aparentemente todas tengan buena pinta, luego cuando las ves te pueden salir buenas o te pueden salir un pepino. En el caso de “Capitán América: El primer Vengador” hemos tenido suerte y nos ha salido de las buenas.
El film trata sobre el origen del Capitán América, un súpersoldado creado en 1941 en los laboratorios secretos del ejército de los Estados Unidos con el objetivo de luchar contra la invasión nazi. Este súpersoldado no es otro que Steven Rogers, un recluta de condición física lamentable enrolado en el ejército por recomendación del Doctor Emil Erskine, cuya inteligencia, honestidad y vocación por ayudar a su país le hacen ser un perfecto candidato para someterse a la llamada “Operación Renacimiento”. “Operación Renacimiento” es un proyecto liderado por el propio Doctor Emil Erskine y por el multimillonario científico Howard Anthony Stark (padre del futuro Iron Man) consistente en suministrar de forma intravenosa a la persona elegida el llamado “suero del súpersoldado” y posteriormente bombardear su cuerpo con “rayos vita” para convertirlo en una auténtica arma humana. Vamos, lo que hoy en día hacen algunos deportistas para aumentar su rendimiento pero en versión ciencia ficción y para fines militares. Pero como no hay superhéroe que no tenga un archienemigo “freak”, lo que viene siendo un supervillano de toda la vida, el Capitán América no podía ser menos y también tiene el suyo propio. No es otro que Johann Schmidt, un general nazi que debido a su obsesión por el ocultismo y gracias a la ayuda de la ciencia y la tecnología, acaba convirtiéndose en Cráneo Rojo, un ser malvado y monstruoso que, al frente de la organización HYDRA y totalmente al margen de las tropas de Hitler, pretende hacerse con el control del planeta.
Hasta aquí, cualquiera que esté leyendo esta reseña no verá nada especial o que diferencie a esta película de las decenas y decenas que ya existen sobre superhéroes, pero es que hay dos formas de afrontar una adaptación al cine de un cómic: Hacerlo bien y hacerlo mal. En este caso, y como ya he dicho al principio, la adaptación del Capitán América es realmente buena. No es sólo porque la fotografía y la ambientación de la época sean perfectas, consiguiendo transportar al espectador a los años cuarenta con bastante éxito; sino porque además hay una serie de guiños relacionados con los primeros cómics del Capitan América, los diferentes uniformes y escudos que ha llevado el personaje en las viñetas a lo largo de su historia y el uso que el ejército americano hizo de estas revistas para levantar el ánimo de sus tropas durante la Segunda Guerra Mundial, que a todo al que conozca un poco la historia del superhéroe le gustará verlos en pantalla.
En cuanto a los actores, Chris Evans (que ya hiciera de Antorcha Humana en “Los 4 Fantásticos”) es el responsable de encarnar a Steven Rogers y, aunque interpretar a un superhéroe no es excesivamente complicado, lo hace igualmente bien en la faceta de soldado enclenque, como en la de Capitán América o en la de payaso de circo. En cuanto a Johann Schmidt (Cráneo Rojo), el encargado de darle vida es Hugo Weaving, conocido por sus papeles de Elrond en “El Señor de los Anillos” y Mr Smith en “Matrix”. La verdad es que sus características facciones y su brillante forma de trabajar le están haciendo convertirse en uno de los actores más versátiles de Hollywood, tanto que lo mismo le dá hacer de elfo, que de travesti, que de cabronazo. Además, otros actores de papeles más secundarios como Tommy Lee Jones, Hayley Atwell, Dominic Cooper o Stanley Tucci también realizan un gran trabajo en esta película.
“Capitán América: El primer Vengador” no es simplemente una película de mamporros y de efectos especiales, cuyo uso se limita únicamente a lo justo y necesario. Básicamente se trata de una buena película de acción con un transcurso de la trama muy dinámico y divertido que a cualquier amante del género, haya leído cómics del Capitán América o no, seguro que le hace pasar un buen rato.
El film trata sobre el origen del Capitán América, un súpersoldado creado en 1941 en los laboratorios secretos del ejército de los Estados Unidos con el objetivo de luchar contra la invasión nazi. Este súpersoldado no es otro que Steven Rogers, un recluta de condición física lamentable enrolado en el ejército por recomendación del Doctor Emil Erskine, cuya inteligencia, honestidad y vocación por ayudar a su país le hacen ser un perfecto candidato para someterse a la llamada “Operación Renacimiento”. “Operación Renacimiento” es un proyecto liderado por el propio Doctor Emil Erskine y por el multimillonario científico Howard Anthony Stark (padre del futuro Iron Man) consistente en suministrar de forma intravenosa a la persona elegida el llamado “suero del súpersoldado” y posteriormente bombardear su cuerpo con “rayos vita” para convertirlo en una auténtica arma humana. Vamos, lo que hoy en día hacen algunos deportistas para aumentar su rendimiento pero en versión ciencia ficción y para fines militares. Pero como no hay superhéroe que no tenga un archienemigo “freak”, lo que viene siendo un supervillano de toda la vida, el Capitán América no podía ser menos y también tiene el suyo propio. No es otro que Johann Schmidt, un general nazi que debido a su obsesión por el ocultismo y gracias a la ayuda de la ciencia y la tecnología, acaba convirtiéndose en Cráneo Rojo, un ser malvado y monstruoso que, al frente de la organización HYDRA y totalmente al margen de las tropas de Hitler, pretende hacerse con el control del planeta.
Hasta aquí, cualquiera que esté leyendo esta reseña no verá nada especial o que diferencie a esta película de las decenas y decenas que ya existen sobre superhéroes, pero es que hay dos formas de afrontar una adaptación al cine de un cómic: Hacerlo bien y hacerlo mal. En este caso, y como ya he dicho al principio, la adaptación del Capitán América es realmente buena. No es sólo porque la fotografía y la ambientación de la época sean perfectas, consiguiendo transportar al espectador a los años cuarenta con bastante éxito; sino porque además hay una serie de guiños relacionados con los primeros cómics del Capitan América, los diferentes uniformes y escudos que ha llevado el personaje en las viñetas a lo largo de su historia y el uso que el ejército americano hizo de estas revistas para levantar el ánimo de sus tropas durante la Segunda Guerra Mundial, que a todo al que conozca un poco la historia del superhéroe le gustará verlos en pantalla.
En cuanto a los actores, Chris Evans (que ya hiciera de Antorcha Humana en “Los 4 Fantásticos”) es el responsable de encarnar a Steven Rogers y, aunque interpretar a un superhéroe no es excesivamente complicado, lo hace igualmente bien en la faceta de soldado enclenque, como en la de Capitán América o en la de payaso de circo. En cuanto a Johann Schmidt (Cráneo Rojo), el encargado de darle vida es Hugo Weaving, conocido por sus papeles de Elrond en “El Señor de los Anillos” y Mr Smith en “Matrix”. La verdad es que sus características facciones y su brillante forma de trabajar le están haciendo convertirse en uno de los actores más versátiles de Hollywood, tanto que lo mismo le dá hacer de elfo, que de travesti, que de cabronazo. Además, otros actores de papeles más secundarios como Tommy Lee Jones, Hayley Atwell, Dominic Cooper o Stanley Tucci también realizan un gran trabajo en esta película.
“Capitán América: El primer Vengador” no es simplemente una película de mamporros y de efectos especiales, cuyo uso se limita únicamente a lo justo y necesario. Básicamente se trata de una buena película de acción con un transcurso de la trama muy dinámico y divertido que a cualquier amante del género, haya leído cómics del Capitán América o no, seguro que le hace pasar un buen rato.
No hay comentarios:
Publicar un comentario