A decir verdad, nunca he tenido especial interés por todo lo que rodea a la saga “Millennium”, ni por la trilogía literaria ni por la cinematográfica. Y es que a mí todos los fenómenos mediáticos creados alrededor de libros escritos hoy en día como puede ser el caso de “Millennium”, “El Código Da Vinci” o “Harry Potter”, siempre me han parecido más maniobras comerciales que simples actos de reconocimiento a las correspondientes obras literarias. Fue a raíz de visitar Estocolmo el año pasado (visita sobre la cual escribiré cuando el tiempo me lo permita) cuando empezó a picarme el gusanillo de empezar a leer “Los hombres que no amaban a las mujeres”, sólo por el hecho de leer una historia que transcurre en una ciudad que me encantó y cuyas calles, barrios y ambientes todavía tengo frescos en la memoria. En general la historia me pareció entretenida y el estilo narrativo de Stieg Larsson consiguió engancharme por completo a la trama, pero francamente, tampoco creo que sea una novela tan tremendamente espectacular como para tener toda la publicidad que ha tenido. En mi opinión es un buen libro, pero no creo que sea ninguna obra maestra de la literatura como en ocasiones se ha intentado vender. El caso es que leí la primera entrega de la saga y a continuación le tocó el turno a la película que es precisamente de lo que voy a hablar en este artículo. Pero no de la recientemente estrenada versión americana sino de la versión sueca original.
“Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres” es simplemente la adaptación al cine de la novela homónima realizada por el director Niels Arden Oplev. Sin querer entrar en los detalles de la historia, “Los hombres que no amaban a las mujeres” trata sobre la investigación de la desaparición de Harriet Vanger sucedida cuarenta años atrás, para la cual el industrial sueco Henrik Vanger, tío de la desaparecida, contrata al periodista y editor de la revista Millennium Mikael Blomkvist. Aprovechando su retirada temporal de Millennium a consecuencia de la condena dictada sobre él por una supuesta difamación contra el empresario Hans-Erik Wennerström en la revista, Mikael Blomkvist se desplaza a la isla de Hedeby, lugar de residencia de Henrik Vanger y donde fue vista por última vez Harriet, para así poder estudiar el caso y recopilar información de primera mano en el mismo lugar de los hechos. Para llevar a cabo la investigación, Mikael Blomkvist contará con la colaboración de Lisbeth Salander, una joven “hacker” cuya habilidad para acceder a información de cualquier tipo será crucial.
Evidentemente, y como en cualquier adaptación al cine de una novela que se precie, la versión en papel de la historia supera con creces la versión en celuloide. En este caso, y a pesar de durar ciento cuarenta y cinco minutos, en la versión cinematográfica se han cortado por lo sano ciertos pasajes de la historia que no aportan gran cosa a la trama, muchos capítulos de la investigación para los que Stieg Larsson emplea decenas de páginas se han resumido y compactado en una sucesión de imágenes, determinados personajes secundarios que en la novela realizan aportaciones importantísimas para la historia han sido directamente eliminados y sus aportaciones las han realizado otros personajes principales, consiguiendo así un ahorro en el reparto, y otras partes se las han sacado de la manga o las han cambiado cronológicamente de orden. Me gustaría dar ejemplos de lo que estoy diciendo pero no quiero destripar ni una milésima parte de la trama. El que haya visto la película sabrá de lo que hablo. Aún así, en general y siendo justos, podría decirse que “Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres” es una adaptación al cine de una novela de las buenas, de las correctas, de las que a ningún lector de la novela le va a provocar un rechinar de dientes.
En cuanto al reparto de los papeles protagonistas, Mikael Blomkvist y Lisbeth Salander son interpretados respectivamente por los actores suecos Michael Nyqvist y Noomi Rapace. Personalmente, la encarnación de Lisbeth Salander por parte de Noomi Rapace me parece genial. El aire siniestro e inquietante que transmite Noomi Rapace bajo los ropajes y el maquillaje oscuros es realmente fiel al transmitido por Stieg Larsson en la novela. Michael Nyqvist, en cambio, no consigue caerme ni la mitad de bien que me cayó Mikael Blomkvist mientras leía. Creo que en el film, el carácter irónico, socarrón y desconfiado de Mikael Blomkvist se pierde gracias al inexpresivo y labrado por la viruela rostro de Michael Nyqvist. Eso sin hablar de los doblajes al castellano, que no pueden ser más lamentables aunque optar por ellos ya es una opción y nada tienen que ver con el trabajo de dirección y realización de la película. Por lo que respecta al resto de actores del reparto, Sven-Bertil Taube (Henrik Vanger), Peter Haber (Martin Vanger), Marika Lagercrantz (Cecilia Vanger), Ingvar Hirdwall (Dirch Frode), Peter Andersson (Nils Bjurman) o Lena Endre (Erika Berger), nada que objetar sobre ellos. Algunos no tienen ni la mitad de peso en la película del que tienen en el libro, por lo tanto no se puede comparar ni hablar de fidelidad entre un personaje y el otro.
No sé cómo será la versión americana de David Fincher ni cómo encarnarán a Mikael y a Lisbeth Daniel Craig y Rooney Mara ya que todavía no he tenido ocasión de verla ni sé si la veré porque, particularmente y hablando ya a posteriori, creo que ver una película de intriga basada en un libro que has leído tiene menos gracia que la radiografía de un mejillón, a menos que lo que quieras ver sean localizaciones, decorados y personas de verdad encarnando los personajes que previamente te has imaginado leyendo, porque lo que es el efecto sorpresa en casos como éste es completamente inexistente.
“Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres” es simplemente la adaptación al cine de la novela homónima realizada por el director Niels Arden Oplev. Sin querer entrar en los detalles de la historia, “Los hombres que no amaban a las mujeres” trata sobre la investigación de la desaparición de Harriet Vanger sucedida cuarenta años atrás, para la cual el industrial sueco Henrik Vanger, tío de la desaparecida, contrata al periodista y editor de la revista Millennium Mikael Blomkvist. Aprovechando su retirada temporal de Millennium a consecuencia de la condena dictada sobre él por una supuesta difamación contra el empresario Hans-Erik Wennerström en la revista, Mikael Blomkvist se desplaza a la isla de Hedeby, lugar de residencia de Henrik Vanger y donde fue vista por última vez Harriet, para así poder estudiar el caso y recopilar información de primera mano en el mismo lugar de los hechos. Para llevar a cabo la investigación, Mikael Blomkvist contará con la colaboración de Lisbeth Salander, una joven “hacker” cuya habilidad para acceder a información de cualquier tipo será crucial.
Evidentemente, y como en cualquier adaptación al cine de una novela que se precie, la versión en papel de la historia supera con creces la versión en celuloide. En este caso, y a pesar de durar ciento cuarenta y cinco minutos, en la versión cinematográfica se han cortado por lo sano ciertos pasajes de la historia que no aportan gran cosa a la trama, muchos capítulos de la investigación para los que Stieg Larsson emplea decenas de páginas se han resumido y compactado en una sucesión de imágenes, determinados personajes secundarios que en la novela realizan aportaciones importantísimas para la historia han sido directamente eliminados y sus aportaciones las han realizado otros personajes principales, consiguiendo así un ahorro en el reparto, y otras partes se las han sacado de la manga o las han cambiado cronológicamente de orden. Me gustaría dar ejemplos de lo que estoy diciendo pero no quiero destripar ni una milésima parte de la trama. El que haya visto la película sabrá de lo que hablo. Aún así, en general y siendo justos, podría decirse que “Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres” es una adaptación al cine de una novela de las buenas, de las correctas, de las que a ningún lector de la novela le va a provocar un rechinar de dientes.
En cuanto al reparto de los papeles protagonistas, Mikael Blomkvist y Lisbeth Salander son interpretados respectivamente por los actores suecos Michael Nyqvist y Noomi Rapace. Personalmente, la encarnación de Lisbeth Salander por parte de Noomi Rapace me parece genial. El aire siniestro e inquietante que transmite Noomi Rapace bajo los ropajes y el maquillaje oscuros es realmente fiel al transmitido por Stieg Larsson en la novela. Michael Nyqvist, en cambio, no consigue caerme ni la mitad de bien que me cayó Mikael Blomkvist mientras leía. Creo que en el film, el carácter irónico, socarrón y desconfiado de Mikael Blomkvist se pierde gracias al inexpresivo y labrado por la viruela rostro de Michael Nyqvist. Eso sin hablar de los doblajes al castellano, que no pueden ser más lamentables aunque optar por ellos ya es una opción y nada tienen que ver con el trabajo de dirección y realización de la película. Por lo que respecta al resto de actores del reparto, Sven-Bertil Taube (Henrik Vanger), Peter Haber (Martin Vanger), Marika Lagercrantz (Cecilia Vanger), Ingvar Hirdwall (Dirch Frode), Peter Andersson (Nils Bjurman) o Lena Endre (Erika Berger), nada que objetar sobre ellos. Algunos no tienen ni la mitad de peso en la película del que tienen en el libro, por lo tanto no se puede comparar ni hablar de fidelidad entre un personaje y el otro.
No sé cómo será la versión americana de David Fincher ni cómo encarnarán a Mikael y a Lisbeth Daniel Craig y Rooney Mara ya que todavía no he tenido ocasión de verla ni sé si la veré porque, particularmente y hablando ya a posteriori, creo que ver una película de intriga basada en un libro que has leído tiene menos gracia que la radiografía de un mejillón, a menos que lo que quieras ver sean localizaciones, decorados y personas de verdad encarnando los personajes que previamente te has imaginado leyendo, porque lo que es el efecto sorpresa en casos como éste es completamente inexistente.
2 comentarios:
Interesante reflexión. Ciertamente, la versión cinematográfica sueca tiene esas carencias y virtudes de las que escribes, aunque en su descargo comentar que se filmó como miniserie para la tv sueca y se re-montó como se pudo para su exhibición en cines. esta primera parte no me causó malas impresiones, aunque en la segunda y especialmente la tercera película se bajó un poco el listón.
Decirte que la que realmente me decepcionó fué la versión americana, en la cual hasta se omite el estado civil (y el consentimiento del marido) de Erika Berger, amante de mikael. De todas formas, se agradece que en la versión norteamericana no hayan dotado de poderes sobrenaturales a Lisbeth Salander como ya han hecho con sus versiones de Sherlock Holmes o los tres mosqueteros.
P.D. interesante blog, señor multimedia! Juan.
¡Ey Pi!... Me alegra recibir el comentario de un fan de la saga que además ha visto las pelis. Casualmente de que es una serie me enteré la semana pasada cuando vi el pack en el FNAC. No lo sabía, si lo llego a saber me hago con la serie y no con la peli (que por cierto, la dieron hace un tiempo con el difunto diario Público). Todavía no me he leído el segundo y el tercero. En cuanto lo haga veré el resto de pelis suecas y las reseñaré. De la americana casi que paso por lo que cuentas.
¡Un abrazo y bienvenido sea usted por aquí!
Publicar un comentario