Siguiendo con la revisión de las películas de Batman dirigidas por Christopher Nolan, a continuación le toca el turno a “El Caballero Oscuro”, una película que, por motivos puramente cinematográficos pero también por el trágico fallecimiento de Heath Ledger pocos meses antes de su estreno, ya ha pasado a formar parte de la historia del cine. A pesar de los tres largos años que la separaron de “Batman Begins”, el estreno de “El Caballero Oscuro” estaba más que cantado por la forma como terminó la primera parte. Es por eso que a nadie le sorprendió ni lo más mínimo cuando se hizo público el inicio de su rodaje. Tras ver el resultado final hay que decir que la espera valió mucho la pena.
Con la aparición de Batman (Christian Bale) en las calles de la ciudad y su estrecha colaboración con el Teniente de policía James Gordon (Gary Oldman), el crimen y la delincuencia que años atrás infestaban Gotham City se están consiguiendo mantener a raya. Sin embargo, la detención de traficantes, rateros y delincuentes comunes no es suficiente para ellos y su siguiente objetivo no es otro que el de desmantelar todas las organizaciones mafiosas que campan a sus anchas por la ciudad de Gotham. Para ello, Batman y el Teniente Gordon contarán con el apoyo incondicional del Fiscal del Distrito Harvey Dent (Aaron Eckhart), un personaje popular y carismático que, con su discurso optimista, su singular empatía y siempre amparado por la ley, enseguida se ganará la confianza y el respaldo de todos los ciudadanos. Pero cuando parecía que la terna Batman-Gordon-Dent estaba a punto de cumplir su propósito de acabar por fin con el crimen organizado, de repente aparece en escena el Joker (Heath Ledger) y manda al traste todos sus planes desencadenando el caos y el pánico en Gotham.
En la reseña de “Batman Begins” ya destaqué la brillante interpretación de Christian Bale, Michael Caine, Morgan Freeman y Gary Oldman en sus respectivos papeles de Batman, Alfred, Lucius Fox y el agente Gordon. En “El Caballero Oscuro” siguen en su línea y todos ellos vuelven a hacer un magnífico trabajo, sin embargo, en esta ocasión su labor queda prácticamente eclipsada por la genialidad demostrada por Heath Ledger dando vida al Joker. Interpretar a un personaje tan potente como el Joker es un verdadero desafío para cualquiera que sea el actor encargado de hacerlo. Pero cuando diez años atrás este mismo personaje fue encarnado con gran éxito por el mismísimo Jack Nicholson, el desafío pasa a convertirse en una importante responsabilidad para el que lo ha de llevar a cabo, no sólo por la dificultad que conlleva el papel en sí, sino porque las comparaciones del público, de los seguidores más acérrimos del cómic, de la crítica cinematográfica e incluso del propio actor que en su día dio vida al personaje, van a ser inevitables. No cabe duda de que Heath Ledger superó y con nota el reto. Tanto es así que su espléndida labor le valió un premio Oscar al mejor actor secundario (aunque en mi opinión en esta película ejerce más de protagonista que de secundario), premio que lamentablemente no pudo recoger por haber fallecido meses atrás.
Hablar del Joker de Heath Ledger es hablar de un auténtico psicópata, de un asesino sádico de una crueldad tan extrema a la vez que creíble que, lejos de resultar gracioso como ocurría en determinadas escenas con el Joker de Jack Nicholson, éste da verdadero miedo. Por lo que respecta a su caracterización, esta vez no se ha utilizado la inverosímil versión del tanque de ácido (pese a ser una de las oficiales) para justificar la eterna sonrisa, el pelo verde y el color blanco de la piel del personaje; simplemente se trata de un loco maquillado de forma grotesca cuyo rostro está marcado por unas cicatrices en las mejillas de origen incierto, lo cual todavía dota de más credibilidad al personaje.
En “El Caballero Oscuro” hay dos novedades más en lo que se refiere al reparto. Por un lado tenemos a Aaron Eckhart que se encarga de dar vida al Fiscal del Distrito Harvey Dent, y por otro a Maggie Gyllenhaal que interpreta a Rachel Dawes, la ayudante del fiscal y amiga de la infancia de Bruce Wayne. En efecto, en esta ocasión el papel de Rachel Dawes no fue llevado a cabo por Katie Holmes como ocurrió en “Batman Begins”. Por lo visto la Señora de Cruise pidió una cantidad de dinero tan exagerada por volver a meterse en la piel de Rachel Dawes que los productores de la película no estuvieron dispuestos a realizar semejante inversión. Estamos de acuerdo en que todo trabajador merece un salario digno y en que la cuota mensual de la Iglesia de la Cienciología debe ser muy elevada, pero no nos engañemos, Katie Holmes no es que sea una pedazo de actriz de Hollywood como para andar por ahí pidiendo un “cachet” de megaestrella. Es una pena porque la verdad es que cruje un poco ver en la misma saga dos rostros diferentes para un mismo personaje, pero objetivamente, Maggie Gyllenhaal trabaja bastante mejor que Katie Holmes. En cuanto a Aaron Eckhart, pues simplemente decir que realiza un muy buen trabajo encarnando al “Caballero Blanco” Harvey Dent. Con su planta, su hoyuelo en la barbilla y su sonrisa de modelo de “Mango”, consigue hacer a la perfección de elemento positivo y optimista dentro del triangulo de justicieros compuesto por él mismo, por el sombrío Batman y por el sufrido y siempre apesadumbrado Teniente Gordon.
Una de las particularidades de Batman es que, a diferencia de otros superhéroes, éste no tiene ningún poder sobrehumano. Se trata de una persona normal y corriente que se viste de murciélago y que utiliza su inteligencia, su preparación física y su fortuna invertida en tecnología para mantener la ley y el orden en Gotham City. Centrándonos en dicha tecnología, si en “Batman Begins” lo más extraordinario que aparecía era el Batmóvil, en mi opinión en el “El Caballero Oscuro” se les ha ido un poco la mano con los “gadgets”. Podríamos decir que en esta ocasión Lucius Fox y el departamento de I+D de Industrias Wayne tuvieron que hacer alguna que otra hora extra y que incluso tuvieron que ir a trabajar más de un fin de semana para desarrollar los artilugios que utiliza Batman en esta película. Sí, correcto, se trata de una película de acción, de la versión cinematográfica de un cómic, todo es pura ficción y partimos de la base de que Batman no existe, pero bajo mi humilde criterio, si consigues hacer un superhéroe creíble, unos villanos creíbles y una historia con un argumento perfectamente creíble, crear unos aparatos y unas tecnologías increíbles al más puro estilo “Minority Report” es un error, por mucho que haya detrás un departamento de investigación y desarrollo dedicado al armamento militar con fondos infinitos. Vamos, que aquella mítica frase de Faemino y Cansado de “Batman, Batman… A ese si le quitas los cacharros se queda en ná”, en “El Caballero Oscuro” toma más valor si cabe. Pero es la única pega que puedo ponerle a la película, que por no ser no es ni una pega, simplemente es una preferencia personal. De todas formas nada que ver con las fantasmadas de las películas de Joel Schumacher.
Actualmente “El Caballero Oscuro” se encuentra en el puesto número doce del “ranking” de películas más taquilleras de la historia con un total de 1.003.045.358 dólares de recaudación. Ignoro si la mitificación de que fue objeto la película a raíz de la muerte de Heath Ledger tuvo algo que ver con esta cifra, pero no cabe duda de que, tanto “El Caballero Oscuro” como antes “Batman Begins”, revolucionaron por completo el mundo de las películas de superhéroes desprendiéndoles de una vez por todas de ese aura infantiloide que hasta el momento las rodeaba. Estas son auténticas películas de acción trepidante aunque con argumentos y diálogos serios, en las que el espectador no dispone ni de un segundo para aburrirse. Y todo ello gracias al maestro Christopher Nolan.
Después de presenciar la aparición estelar de Roger Daltrey y Pete Townshend (los dos únicos supervivientes de The Who) en la Ceremonia de Clausura de los Juegos Olímpicos de Londres 2012 y comprobar lo mayores que están y las pocas fuerzas que les quedan ya para el rock and roll, me entró el gusanillo y quise volver a recordar cómo eran The Who en sus días de gloria. Así que ¿qué mejor forma de hacerlo que viendo el que es considerado por muchos como el concierto más memorable de la carrera del grupo? Efectivamente me estoy refiriendo al concierto que tuvo lugar en la tercera edición del Festival de la Isla de Wight (Inglaterra) el año 1970, un festival que contó en su cartel con artistas tan importantes para la historia de la música contemporánea como son The Doors, Jimi Hendrix, Free, Jethro Tull, Leonard Cohen, Chicago o los mismos The Who. La verdad es que hay que dar gracias a los Dioses del rock and roll por hacer que a alguien se le pasara por la cabeza poner unas cámaras y unas mesas de sonido y grabar todo lo que allí ocurrió. Pero todavía hay que dar más las gracias porque dichas grabaciones se conserven en tan buen estado y porque las técnicas de remasterización hayan conseguido milagros como el que contiene el DVD del que voy a hablar a continuación.
Ahora que se acaba de estrenar la nueva película de Batman “El caballero oscuro: La leyenda renace”, y aprovechando que todavía no la he visto y que tengo tiempo libre, he querido aprovechar para revisionar las dos películas anteriores de la saga de Christopher Nolan y así tenerlas más frescas en la memoria el día que vaya a ver la tercera entrega. Además, como en su día no reseñé ninguna de ellas precisamente por todo lo contrario, por no tener tiempo, he decidido que voy a hacerlo ahora y así me quito la espinita que tenía clavada por no haberlas ni mencionado en mi blog. Comenzaré por “Batman Begins”, la primera de las películas de Christopher Nolan dedicadas al hombre murciélago y, obviamente, la película en la que se explica toda la historia de Bruce Wayne desde el momento en que sus padres son asesinados en su presencia a la salida de la ópera, hasta que nace el superhéroe alado que todos conocemos.


Una vez más me encontré en la tesitura de tener que elegir entre gastarme la pasta para ver a unos clásicos de la historia del rock, actualmente de capa caída pero que en sus días de gloria no pude llegar a ver por pillarme demasiado joven; o ahorrármela, dejar que me lo contasen al día siguiente y quizás no volver a verlos jamás. En este caso se trataba de The Cult, la camaleónica banda británica liderada por Ian Astbury y Billy Duffy que acaban de publicar un nuevo disco titulado “Choose your weapon” y que se encuentran promocionándolo por los escenarios de medio mundo. Ni qué decir tiene que finalmente decidí asistir a mi cita con el rock and roll porque de lo contrario no estaría escribiendo esto, así que pasé por caja y me planté un martes por la tarde en la sala Razzmatazz para ver a los míticos The Cult y revivir así tiempos mejores