Los reyes del metal progresivo se salen en la cancha de “La Penya”
El pasado día 2 de Noviembre, con motivo de la gira de presentación de su nuevo álbum “Systematic chaos”, aterrizaban en Barcelona los newyorkinos Dream Theater. Lo que me ha pasado con Dream Theater me ha pasado con muy pocos artistas. No hace ni un año que empecé a conocer a fondo su obra y cuando supe que su gira “Chaos in motion World Tour 2007” llegaba a Barcelona me faltó el tiempo para ir a comprar la entrada. Después de escuchar prácticamente toda su discografía, ver alguna que otra actuación en DVD y hablar largo y tendido sobre ellos con algunos amigos mucho más fans que yo, sólo me quedaba comprobar en vivo y en directo la sensación que transmite en sus conciertos una de las formaciones musicales con más talento en la composición de melodías y más precisión tocando sus instrumentos de todas las bandas de heavy metal que existen en la actualidad.
No soy demasiado fan de la faceta más metalera de Dream Theater. Personalmente me atraen mucho más sus discos más melódicos como “Metropolis Pt. 2”, “Octavarium”, “Images and words” o “Falling into infinity”, y para mí era una incógnita con qué Dream Theater me iba a encontrar en este concierto. Al llevar a Symphony X como teloneros y habiendo escuchado su último disco, todo parecía indicar que íbamos a presenciar más un derroche de watios que de sensibilidad melódica.
El recinto elegido para celebrar el concierto fue el Pavelló Olímpic de Badalona, el palacio de deportes donde acostumbra a jugar el Juventut de Badalona, equipo de baloncesto de la liga ACB. Los conciertos que tienen lugar en pabellones polideportivos se suelen caracterizar por su poca ventilación, por el ambiente ultra cargado que se respira (a pesar de que está prohibido fumar) y por su pésima acústica. Todo esto es comprensible ya que los palacios de deportes están diseñados para practicar deporte, no para celebrar espectáculos musicales, y si el técnico de sonido del grupo en cuestión no es muy bueno, en un concierto de estas características se corre el riesgo de no distinguir bien el sonido de un instrumento del de otro.
Fue precisamente eso lo que ocurrió durante la actuación de Symphony X, los teloneros de Dream Theater durante esta gira. En ocasiones no se escuchaba prácticamente más que ruido y no se sabía si estaba sonando el bajo o el bombo de la batería. Si a Dream Theater los conozco desde hace relativamente poco, a Symphony X directamente ni los conozco. Cuando segundos antes del inicio de su actuación se apagaron las luces y empezó a sonar una melodía entre épica y apocalíptica (tanto es así que no se sabía si quien iba a salir al escenario iba a ser una orda de orcos, Batman o una banda de rock), ya me imaginé un poco del palo que iban. Como no los conozco no voy a opinar sobre su show, pero después de verlos tocar y desde la ignorancia que me da el no haber escuchado absolutamente nada de ellos antes, la impresión que me llevé de Symphony X no es más que la de una banda de heavy metal con un guitarrista veloz y un vocalista chillón como las miles que hay en el panorama metalero actual. Mi actitud durante su actuación fue bastante indiferente al no saberme ninguna canción ni gustarme demasiado su estilo, pero hay que decir que, en general, el público de Badalona respondió muy bien y demostraron ser conocedores y admiradores de su trabajo.
A pesar de haber ofrecido un concierto que no sonó excesivamente bien, la actuación en Badalona de Symphony X será recordada por los siglos de los siglos gracias a las perlas verbales que soltó su cantante durante el concierto. Entre ellas podríamos destacar el saludo al público catalán con un “¡¡¡Hola España!!!”, su intento de animar a la audiencia con un “¿Dónde están cojones de España?” y su declaración de amor por nuestra tierra con un emotivo “¡¡¡Mucho tiempo sin venir a España es mierda!!!”.
Justo después de que Symphony X acabaran su actuación se encendía la luz roja del semáforo que permanecía colgado del techo del pabellón, similar al que preside la portada de “Systematic chaos”. Una señal de tráfico con el símbolo de la banda y un par de hormigas gigantes situadas en la parte frontal del escenario eran algunos de los elementos decorativos que hacían referencia a la portada del disco. Cuando los técnicos acabaron su montaje y se retiraron, el semáforo cambió de rojo a ámbar dando a entender que se aproximaba el inicio del concierto. Minutos más tarde las luces del Pavelló Olimpic de Badalona se apagaron, el semáforo se puso en verde y por las pantallas ubicadas en la parte trasera del escenario comenzó la proyección de un montaje audiovisual en el que se mezclaban efectos visuales con imágenes en directo grabadas durante diferentes etapas de la banda. Tras finalizar la proyección, Dream Theater saltaban a escena interpretando el fragmento de “Así habló Zarathustra” incluido en la banda sonora original de “2001: Odisea en el espacio” antes de descargar sobre el público de Badalona toda la potencia de “Constant motion”, el primer single de su nuevo disco “Systematic chaos”. Tras ésta vendrían “Strange deja vu” del álbum “Metrópoli Pt. 2” y “Blind faith” de “Six degrees of inner turbulence”, antes de que James LaBrie se dirigiera al público catalán por primera vez en toda la noche.
Durante estos primeros temas los allí presentes pudimos disfrutar de la contundencia rítmica de John Myung con su bajo de seis cuerdas y de Mike Portnoy con su doble batería, además de las más que conocidas velocidad y precisión de John Petrucci en la guitarra y de Jordan Rudess en los teclados. James LaBrie suele sufrir bastante de la garganta durante el transcurso de sus giras pero en Badalona supo estar a la altura de la impecabilidad de sus compañeros. En alguna ocasión desaparecía del escenario durante las partes instrumentales para darle un par de tragos a dos botellas que guardaba detrás de la batería. Por lo que a sonido se refiere, durante los primeros minutos de la actuación de Dream Theater ya quedó claro que el problema de Symphony X no fueron sólo las condiciones acústicas del recinto sino que algo tendría que ver el técnico o incluso los propios músicos en la algarabía sonora con la que nos habían obsequiado hacía unos instantes.
El concierto prosiguió con el tema “Surrounded”, publicado en su álbum “Images and words”, durante el cual alguien del público le lanzó un sombrero de paja a James LaBrie. Éste no dudó en calárselo y llevarlo puesto durante esta y parte de la siguiente canción, recordando al primo heavy de Don Pinpón. También fue especial en este tema el solo de guitarra de “Mother” de Pink Floyd que John Petrucci intercaló en la parte final. A continuación llegaría el turno de “The dark eternal night”, el segundo tema de “Systematic chaos” que sonaba en toda la noche. Este quizás fuera uno de los momentos más espectaculares de la noche aunque si nos hubieran puesto el CD no nos hubiéramos dado cuenta porque todo el mundo centró su mirada en las pantallas. El motivo era la proyección en perfecta sincronía con la música de “North American Dream Squad”, un corto de animación con las caricaturas de todos los miembros de Dream Theater como protagonistas en el que, haciendo uso de sus armas musicales, combatían contra todo tipo de seres monstruosos.
Después de semejante tormenta de decibelios llegaría el romanticismo de “The spirit carries on” incluida en “Metropolis Pt.2” y el dramatismo de “Forsaken” publicada en “Systematic chaos”, para acabar la primera parte del concierto con la energía de “Take the time” publicada en “Images and words” y las dos partes de “In the presence of the enemies”, de “Systematic chaos”, fusionadas en una única pieza. De esta forma concluía el primer bloque de canciones del concierto tras el cual la banda se retiraba a los camerinos y el semáforo volvía a ponerse rojo.
A Dream Theater siempre se les ha criticado lo estáticos que son encima del escenario. Si bien es cierto que John Petrucci y John Myung prácticamente no se mueven de la baldosa en todo el concierto, Mike Portnoy y Jordan Rudess por sí solos ya son un espectáculo. Ver tocar a Mike Portnoy el armatoste de batería que lleva mientras se pega puñetazos en la cabeza, hace girar sus baquetas en el aire o las hace rebotar y salir volando sin perder ni una sola vez el compás, es todo un show. En cuanto al teclista Jordan Rudess, éste cada vez va incorporando más elementos a su equipo. No le basta con los dos teclados y el ordenador portátil que lleva montados en su plataforma giratoria, ahora además utiliza un teclado colgado del hombro que le sirve para interactuar más directamente con el público y tocar mano a mano con John Petrucci en la parte frontal del escenario. James LaBrie por su parte se mantiene en un segundo plano durante todo el concierto, llegándose a retirar al “backstage” mientras sus compañeros ejecutan sus respectivos solos para dejarles a ellos todo el protagonismo.
Minutos más tarde la banda volvía al escenario para interpretar el único bis de todo el concierto con la sorpresa de Mike Portnoy portando la camiseta del F.C. Barcelona. Durante algo más de media hora, y sin apenas descanso, Dream Theater desplegaron un “medley” compuesto por fragmentos de algunos temas de todas sus etapas. “Trial of tears” de “Falling into infinity”, “Finally free” de “Metropolis Pt.2”, “In the name of God” de “Train of thought” y “Octavarium” del disco homónimo, fueron los temas cuyos fragmentos formaron este set final con el que los americano dijeron adiós a Badalona.
Aunque quizás resultara algo corto y, a mi gusto, sobrara la actuación de los teloneros, una vez disfrutado, asimilado y analizado desde la perspectiva del paso del tiempo, tengo que decir que Dream Theater no me defraudaron en absoluto. Tras haberles aprobado prácticamente toda su discografía y sin ser el concierto ni la banda de mi vida, para mí Dream Theater han pasado con sobresaliente la reválida que han de pasar todas las bandas de rock para que el que escribe pueda considerarlas buenas bandas de rock: el directo. Sin duda alguna esperaré su regreso a tierras catalanas para volver a disfrutar de otro recital de rock como el del pasado 2 de Noviembre. Esperemos que no tarden en volver porque mucho tiempo sin Dream Theater es mierda.
El pasado día 2 de Noviembre, con motivo de la gira de presentación de su nuevo álbum “Systematic chaos”, aterrizaban en Barcelona los newyorkinos Dream Theater. Lo que me ha pasado con Dream Theater me ha pasado con muy pocos artistas. No hace ni un año que empecé a conocer a fondo su obra y cuando supe que su gira “Chaos in motion World Tour 2007” llegaba a Barcelona me faltó el tiempo para ir a comprar la entrada. Después de escuchar prácticamente toda su discografía, ver alguna que otra actuación en DVD y hablar largo y tendido sobre ellos con algunos amigos mucho más fans que yo, sólo me quedaba comprobar en vivo y en directo la sensación que transmite en sus conciertos una de las formaciones musicales con más talento en la composición de melodías y más precisión tocando sus instrumentos de todas las bandas de heavy metal que existen en la actualidad.
No soy demasiado fan de la faceta más metalera de Dream Theater. Personalmente me atraen mucho más sus discos más melódicos como “Metropolis Pt. 2”, “Octavarium”, “Images and words” o “Falling into infinity”, y para mí era una incógnita con qué Dream Theater me iba a encontrar en este concierto. Al llevar a Symphony X como teloneros y habiendo escuchado su último disco, todo parecía indicar que íbamos a presenciar más un derroche de watios que de sensibilidad melódica.
El recinto elegido para celebrar el concierto fue el Pavelló Olímpic de Badalona, el palacio de deportes donde acostumbra a jugar el Juventut de Badalona, equipo de baloncesto de la liga ACB. Los conciertos que tienen lugar en pabellones polideportivos se suelen caracterizar por su poca ventilación, por el ambiente ultra cargado que se respira (a pesar de que está prohibido fumar) y por su pésima acústica. Todo esto es comprensible ya que los palacios de deportes están diseñados para practicar deporte, no para celebrar espectáculos musicales, y si el técnico de sonido del grupo en cuestión no es muy bueno, en un concierto de estas características se corre el riesgo de no distinguir bien el sonido de un instrumento del de otro.
Fue precisamente eso lo que ocurrió durante la actuación de Symphony X, los teloneros de Dream Theater durante esta gira. En ocasiones no se escuchaba prácticamente más que ruido y no se sabía si estaba sonando el bajo o el bombo de la batería. Si a Dream Theater los conozco desde hace relativamente poco, a Symphony X directamente ni los conozco. Cuando segundos antes del inicio de su actuación se apagaron las luces y empezó a sonar una melodía entre épica y apocalíptica (tanto es así que no se sabía si quien iba a salir al escenario iba a ser una orda de orcos, Batman o una banda de rock), ya me imaginé un poco del palo que iban. Como no los conozco no voy a opinar sobre su show, pero después de verlos tocar y desde la ignorancia que me da el no haber escuchado absolutamente nada de ellos antes, la impresión que me llevé de Symphony X no es más que la de una banda de heavy metal con un guitarrista veloz y un vocalista chillón como las miles que hay en el panorama metalero actual. Mi actitud durante su actuación fue bastante indiferente al no saberme ninguna canción ni gustarme demasiado su estilo, pero hay que decir que, en general, el público de Badalona respondió muy bien y demostraron ser conocedores y admiradores de su trabajo.
A pesar de haber ofrecido un concierto que no sonó excesivamente bien, la actuación en Badalona de Symphony X será recordada por los siglos de los siglos gracias a las perlas verbales que soltó su cantante durante el concierto. Entre ellas podríamos destacar el saludo al público catalán con un “¡¡¡Hola España!!!”, su intento de animar a la audiencia con un “¿Dónde están cojones de España?” y su declaración de amor por nuestra tierra con un emotivo “¡¡¡Mucho tiempo sin venir a España es mierda!!!”.
Justo después de que Symphony X acabaran su actuación se encendía la luz roja del semáforo que permanecía colgado del techo del pabellón, similar al que preside la portada de “Systematic chaos”. Una señal de tráfico con el símbolo de la banda y un par de hormigas gigantes situadas en la parte frontal del escenario eran algunos de los elementos decorativos que hacían referencia a la portada del disco. Cuando los técnicos acabaron su montaje y se retiraron, el semáforo cambió de rojo a ámbar dando a entender que se aproximaba el inicio del concierto. Minutos más tarde las luces del Pavelló Olimpic de Badalona se apagaron, el semáforo se puso en verde y por las pantallas ubicadas en la parte trasera del escenario comenzó la proyección de un montaje audiovisual en el que se mezclaban efectos visuales con imágenes en directo grabadas durante diferentes etapas de la banda. Tras finalizar la proyección, Dream Theater saltaban a escena interpretando el fragmento de “Así habló Zarathustra” incluido en la banda sonora original de “2001: Odisea en el espacio” antes de descargar sobre el público de Badalona toda la potencia de “Constant motion”, el primer single de su nuevo disco “Systematic chaos”. Tras ésta vendrían “Strange deja vu” del álbum “Metrópoli Pt. 2” y “Blind faith” de “Six degrees of inner turbulence”, antes de que James LaBrie se dirigiera al público catalán por primera vez en toda la noche.
Durante estos primeros temas los allí presentes pudimos disfrutar de la contundencia rítmica de John Myung con su bajo de seis cuerdas y de Mike Portnoy con su doble batería, además de las más que conocidas velocidad y precisión de John Petrucci en la guitarra y de Jordan Rudess en los teclados. James LaBrie suele sufrir bastante de la garganta durante el transcurso de sus giras pero en Badalona supo estar a la altura de la impecabilidad de sus compañeros. En alguna ocasión desaparecía del escenario durante las partes instrumentales para darle un par de tragos a dos botellas que guardaba detrás de la batería. Por lo que a sonido se refiere, durante los primeros minutos de la actuación de Dream Theater ya quedó claro que el problema de Symphony X no fueron sólo las condiciones acústicas del recinto sino que algo tendría que ver el técnico o incluso los propios músicos en la algarabía sonora con la que nos habían obsequiado hacía unos instantes.
El concierto prosiguió con el tema “Surrounded”, publicado en su álbum “Images and words”, durante el cual alguien del público le lanzó un sombrero de paja a James LaBrie. Éste no dudó en calárselo y llevarlo puesto durante esta y parte de la siguiente canción, recordando al primo heavy de Don Pinpón. También fue especial en este tema el solo de guitarra de “Mother” de Pink Floyd que John Petrucci intercaló en la parte final. A continuación llegaría el turno de “The dark eternal night”, el segundo tema de “Systematic chaos” que sonaba en toda la noche. Este quizás fuera uno de los momentos más espectaculares de la noche aunque si nos hubieran puesto el CD no nos hubiéramos dado cuenta porque todo el mundo centró su mirada en las pantallas. El motivo era la proyección en perfecta sincronía con la música de “North American Dream Squad”, un corto de animación con las caricaturas de todos los miembros de Dream Theater como protagonistas en el que, haciendo uso de sus armas musicales, combatían contra todo tipo de seres monstruosos.
Después de semejante tormenta de decibelios llegaría el romanticismo de “The spirit carries on” incluida en “Metropolis Pt.2” y el dramatismo de “Forsaken” publicada en “Systematic chaos”, para acabar la primera parte del concierto con la energía de “Take the time” publicada en “Images and words” y las dos partes de “In the presence of the enemies”, de “Systematic chaos”, fusionadas en una única pieza. De esta forma concluía el primer bloque de canciones del concierto tras el cual la banda se retiraba a los camerinos y el semáforo volvía a ponerse rojo.
A Dream Theater siempre se les ha criticado lo estáticos que son encima del escenario. Si bien es cierto que John Petrucci y John Myung prácticamente no se mueven de la baldosa en todo el concierto, Mike Portnoy y Jordan Rudess por sí solos ya son un espectáculo. Ver tocar a Mike Portnoy el armatoste de batería que lleva mientras se pega puñetazos en la cabeza, hace girar sus baquetas en el aire o las hace rebotar y salir volando sin perder ni una sola vez el compás, es todo un show. En cuanto al teclista Jordan Rudess, éste cada vez va incorporando más elementos a su equipo. No le basta con los dos teclados y el ordenador portátil que lleva montados en su plataforma giratoria, ahora además utiliza un teclado colgado del hombro que le sirve para interactuar más directamente con el público y tocar mano a mano con John Petrucci en la parte frontal del escenario. James LaBrie por su parte se mantiene en un segundo plano durante todo el concierto, llegándose a retirar al “backstage” mientras sus compañeros ejecutan sus respectivos solos para dejarles a ellos todo el protagonismo.
Minutos más tarde la banda volvía al escenario para interpretar el único bis de todo el concierto con la sorpresa de Mike Portnoy portando la camiseta del F.C. Barcelona. Durante algo más de media hora, y sin apenas descanso, Dream Theater desplegaron un “medley” compuesto por fragmentos de algunos temas de todas sus etapas. “Trial of tears” de “Falling into infinity”, “Finally free” de “Metropolis Pt.2”, “In the name of God” de “Train of thought” y “Octavarium” del disco homónimo, fueron los temas cuyos fragmentos formaron este set final con el que los americano dijeron adiós a Badalona.
Aunque quizás resultara algo corto y, a mi gusto, sobrara la actuación de los teloneros, una vez disfrutado, asimilado y analizado desde la perspectiva del paso del tiempo, tengo que decir que Dream Theater no me defraudaron en absoluto. Tras haberles aprobado prácticamente toda su discografía y sin ser el concierto ni la banda de mi vida, para mí Dream Theater han pasado con sobresaliente la reválida que han de pasar todas las bandas de rock para que el que escribe pueda considerarlas buenas bandas de rock: el directo. Sin duda alguna esperaré su regreso a tierras catalanas para volver a disfrutar de otro recital de rock como el del pasado 2 de Noviembre. Esperemos que no tarden en volver porque mucho tiempo sin Dream Theater es mierda.
3 comentarios:
Agradecimientos especiales a Maiki por hacerme descubrir a esta banda y por ayudarme a refrescar la memoria con ciertos detalles del concierto.
Totalmente de acuerdo con el tema de SX. Yo tambien pensaba que era problema del recinto, pero con DT vimos que no. Es que DT siempre suena bien, sino muy bien. La otra vez en Vall d'Hebron, sonaron tambien genial y en Hammersmith Apollo mejor aun.
Y los conciertos deDT siempre parecen cortos y si durasen 2 horas mas seguirian pareciendolo.
Retiro los agradecimientos a Maiki tras echarme bronca por haberme equivocado en Set-list cuando el que estaba equivocado era él... :D
Pues yo no entiendo por qué cojones los teloneros siempre suenan mal. Con The Zodiacs y Fito & Fitipaldis en el Sant Jodri pasó lo mismo. ¿Esto no se podría evitar?
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