viernes, 1 de junio de 2007

Contraband (Velvet Revolver) 2004

Después de la expectación que creó esta banda, de la cual se estuvo hablando durante unos cuantos años, es posible que muchos esperaran algo diferente. Para el que a estas alturas todavía no lo sepa, Velvet Revolver es el grupo formado por Scott Weiland (ex-vocalista de Stone Temple Pilots), Slash (ex-guitarrista de Guns N’ Roses), Duff McKagan (ex-bajista de Guns N’ Roses), Matt Sorum (ex–batería de The Cult y Guns N’ Roses) y Dave Kushner (ex–compañero de escuela de Slash y habitual guitarrista de la escena rockera de Los Angeles). Viendo un cartel con semejantes espadas cualquiera puede pensar: “Esos son Guns N’ Roses con otro cantante”... pues prácticamente nada que ver. Se estuvo especulando sobre quien sería finalmente el cantante de la nueva formación de Slash y compañía, barajándose la posibilidad de que fueran Sebastian Bach de Skid Row o Josh Todd de Buckcherry. Finalmente el elegido fue Scott Weiland de Stone Temple Pilots y, conociendo a los tres, he de decir que para mí eligieron al más malo.

Es lógico que cuando se espera una cosa de un disco y resulta ser otra totalmente diferente, uno siempre se lleva una gran decepción; pero si te aíslas del motivo por el cual has llegado a conseguir el disco (en mi caso porque tocaban tres Guns N’ Roses) y te centras en lo verdaderamente importante que es el sonido, descubres el contenido real de éste y puedes valorarlo únicamente por la calidad musical que pueda llegar a tener.

Musicalmente “Contraband” es un disco de hard rock contundente, en ocasiones excesivamente contundente, en el que quizás sobren efectos y falten buenos riffs. Esto es debido a la mucha influencia de Stone Temple Pilots y a la poca de Guns N' Roses. En él podemos encontrar temas muy enérgicos a la vez que pegadizos como “Sucker train blues”, “Set me free” o “Slither”, y además, como no puede ser de otra forma en un disco de hard rock americano, no faltan las baladas de rigor como “Fall to pieces” o “Loving the alien”. Son buenos temas pero la estructura de prácticamente la totalidad de ellos peca de ser demasiado simple. La producción es exquisita, tan exquisita que en los directos de Velvet Revolver queda patente quien es bueno y quien es malo. La voz de Scott en el disco suena impresionante, con una serie de efectos de distorsión y juegos de coros que prácticamente rozan la perfección, pero en directo, con sólo cuatro músicos sobre el escenario y una única garganta, no se pueden hacer milagros y uno canta como puede. En el caso de Scott Weiland es fatal.

Por lo que respecta a la estética del grupo, decir que Velvet Revolver parecen haber sido estudiados y requetestudiados por un equipo de asesores de imagen antes de publicar y promocionar su primer disco, intentando atraer a los antiguos fans de Guns N’ Roses y a las nuevas hornadas de quinceañeras. Slash está como siempre y hasta se pone la chistera para tocar “Used to love her” en los conciertos, Duff está hecho un escabeche como en sus mejores tiempos de Guns N’ Roses, Matt parece un troll mimoso con el pelute de punta que gasta ahora, y Scott es la viva imagen de Iggy Pop y en los directos incluso se engalana con gorra de plato y gafas de policía como Axl Rose en sus inicios. Bien mirado resulta algo ridículo que cinco tipos de cuarenta y tantos años y padres de familia pretendan aparentar que tienen dieciocho o veinte, pero bueno, así es el mundo del Rock & Roll... but I like it...

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