Si hace unos días os hablaba de la reedición en DVD del “Alchemy Live” de Dire Straits catalogándola de “regalo de los Dioses”, perfectamente podría usar esas mismas palabras para calificar este “Celebration day” de Led Zeppelin. En este caso no se trata de la remasterización de un concierto antiguo en formato DVD sino de la edición en CD y DVD de un concierto que no por ser relativamente actual es menos histórico. Me refiero al concierto de reunión de Led Zeppelin celebrado el día 10 de Diciembre del 2007 en el estadio O2 de Londres que, cinco años después, por fin ha sido publicado.
Recuerdo como si fuera ayer la expectación que creó en los medios de comunicación, páginas web y foros de fans la noticia de la reunión de Led Zeppelin. Después de que en 1980 falleciera John Bonham y, en consecuencia, la banda decidiera disolverse definitivamente; Robert Plant, Jimmy Page y John Paul Jones volvían a reunirse encima de un escenario bajo el nombre de Led Zeppelin para interpretar en un único concierto los temas míticos de una de las bandas más importantes de la historia del rock. Pero la noticia no sólo estaba en que los tres supervivientes del grupo volvían a reunirse después de tantos años sin tocar juntos, es que además lo hacían reclutando a Jason Bonham, hijo del difunto John Bonham, como batería de la formación. Y claro, con un acto tan bonito y tan romántico como es que los Led Zeppelin se reúnan veintisiete años después con el heredero de Bonham en la batería, no hubo lugar a ningún tipo de crítica ni comentario tocapelotas por parte los fans más puristas, siempre reticentes a este tipo de reuniones. Tras mucho hablar y mucho escribir sobre el tema, finalmente llegó la fecha mágica del 10 de Diciembre de 2007. El evento tuvo lugar en el estadio O2 de la ciudad de Londres y a aquel que pudo conseguir entradas podríamos decir que le tocó la lotería. Como cualquiera podrá imaginarse, los días, semanas y meses posteriores al concierto en YouTube se produjo un auténtico aluvión de subidas de vídeos de la actuación, grabados todos ellos con teléfonos móviles y con cámaras fotográficas de bolsillo. Evidentemente la calidad de imagen y sonido de aquellos vídeos era de todo menos buena, pero más o menos ya se podía intuir el estado de forma en el que se encontraban Plant, Page y Jones, así como las dotes como batería de Jason Bonham. Incomprensiblemente han tenido que pasar cinco años para que Warner, Atlantic o quien quiera que sea el responsable, haya decidido editar este concierto en audio y en vídeo bajo el título de “Celebration day” y, por lo tanto, para que todos los seguidores del grupo que no tuvimos la suerte de estar presentes en el O2 podamos ver de una vez por todas lo que pasó allí desde el principio hasta el final y con una calidad digna.
“Celebration day” es un “digi-pack” compuesto por dos CD’s y dos DVD’s. Obviamente los CD’s contienen la grabación del audio del concierto completo, un total de dieciséis pistas divididas en ocho pistas por cada uno de los CD’s. En cuanto a los DVD’s, el primero de ellos contiene la grabación del concierto propiamente dicho y el segundo una serie de materiales adicionales como el ensayo general del concierto que tuvo lugar el día 6 de Diciembre de 2007 en los Shepperton Studios de Middlesex (Reino Unido) y una recopilación de cortes de diferentes noticiarios donde se anuncia y se comenta la noticia de la reunión de Led Zeppelin. Centrándonos en el contenido realmente interesante de “Celebration day” que son las grabaciones del concierto, tanto en audio como en vídeo, decir que en el “set-list” no hay demasiadas sorpresas aunque alguna que otra sí que nos encontramos. Como no podía ser de otra forma, entre los temas que ese día interpretaron Led Zeppelin estuvieron “Good times bad times”, “Black dog”, “In my time of dying”, “Since I've been loving you”, “Dazzed and confused”, “Stairway to Heaven”, “The song remains the same”, “Kashimir”, “Whole lotta love”, “Rock and Roll” y la mayoría de los clásicos de la banda a excepción de “Immigrant song” y “Heartbreaker” que quizás sean las dos únicas canciones que se echan en falta en el repertorio. Como rarezas o temas poco habituales dentro de los conciertos de Led Zeppelin de los setenta se podría destacar la inclusión del tema “For your life” publicado en 1976 dentro del álbum “Presence” y que nunca antes Led Zeppelin había interpretado en directo, y la puesta en escena de “Trampled under foot”, presentada como una canción inspirada en la canción “Terreplane blues” de Robert Johnson e interpretada con un ritmo algo más pausado que la registrada en 1975 durante su mítico concierto del Earl's Court de Londres.
Teniendo en cuanta que por aquel entonces Robert Plant tenía cincuenta y ocho años, Jimmy Page sesenta y tres y John Paul Jones sesenta y uno, sobre todas las cosas hay que decir y destacar que los tres conservan un estado de forma excepcional, tanto física como musicalmente. Evidentemente este concierto no se puede comparar ni con el del Earl's Court de 1975 no con el del Madison Square Garden de 1976 y sería de estúpidos supinos intentar soltar el típico comentario crítico que siempre sale después de todas las reuniones de grandes bandas de rock como es el de: “¡No es lo mismo, antes tenían más garra, más gancho y más potencia!”... ¡Nos ha jodido, como que han pasado más de treinta años desde la época gloriosa del grupo!... Este tipo de reuniones puntuales de bandas legendarias hay que tomárselas como un regalo del grupo hacia los fans más jóvenes y, por qué no, hacia ellos mismos. Lo que pasa es que, en general, hay dos formas de volver: De forma digna y respetable o de forma indigna y lamentable. En este caso los Led Zeppelin volvieron de forma muy, pero que muy digna. Sí, bajaron el tono de algunas canciones, algunos solos de guitarra no fueron tan incendiarios como antes, posiblemente “Immigrant song” no la hicieran porque Robert Plant a estas alturas sería incapaz de llegar tan alto, y no es lo mismo ver a Jimmy Page con el mono de los dragones y a Robert Plant y John Paul Jones con sus blusas estampadas y sus pantalones de campana que verlos a todos con camisa y pantalón; pero en general hicieron un concierto que rozó el excelente y yo, personalmente, desde que me puse el DVD hasta que terminó el concierto, no pude dejar de esbozar una sonrisa de satisfacción al ver lo que estaba viendo.
Después de analizarlos individualmente podríamos resumir diciendo que están todos geniales para la edad que tienen. Posiblemente Robert Plant sea el que más ha acusado el paso del tiempo a pesar de ser el más joven de la formación. Pero claro, después de tanto tiempo forzando las cuerdas vocales para conseguir sus característicos falsetes es del todo natural que con cincuenta y ocho años haya perdido cualidades y que, por lo tanto, sea necesaria la bajada de algún tono que otro en según que temas. Pero aún así, defiende las canciones con toda la dignidad del mundo y sin hacer ningún esfuerzo sobrehumano, por lo que no he podido dejar de acordarme de Axl Rose y de sus actuales chillidos de gorrino degollado. Jimmy Page es el que más en su salsa demuestra estar con sus muecas, su sonrisa y sus guiños de complicidad con el resto de la banda. Es cierto que el pelo totalmente blanco le hace parecer más viejo de lo que realmente es, pero guitarrísticamente se conserva a las mil maravillas y sigue poniendo los pelos de punta con sus solos de guitarra y cuando empuña el arco de violín para psicodelizar en “Dazzed and confused”. El único pero que se le podría poner es que en un momento tan apoteósico como es el solo de “Stairway to Heaven”, se atasca un poco y acaba haciendo lo que buenamente puede para sacar la canción adelante, pero nada más que objetar a su actuación. En cuanto a John Paul Jones, yo he descubierto su importancia y su peso en el sonido de Led Zeppelin en este concierto. Uno cuando habla de Led Zeppelin siempre piensa en Robert Plant y en Jimmy Page, y casi nunca nadie habla de John Paul Jones por su carácter discreto, siempre colocado un nivel por detrás de ambos. Aquí, al haber quedado atrás las excentricidades de Plant y Page, la única protagonista del concierto es la música y se aprecia mucho mejor lo fantástico músico que es John Paul Jones, tanto en el bajo eléctrico como en los teclados. Además, el catálogo de bajos que se gasta el amigo, con un Fender Jazz Bass sin trastes y otro de ocho cuerdas sobresaliendo por encima de los demás, es realmente brutal.
Pero si hay alguien que se merece el Oscar al mejor actor de reparto en este concierto ese es Jason Bonham. Su estilo en la batería es tan sumamente fiel al de su padre que resulta hasta emocionante ver a alguien llevar con tanta clase, tanta calidad y tanto orgullo el legado de Bonzo. Durante todo el concierto se le nota totalmente centrado a pesar de tener la responsabilidad de dirigir a la banda de rock más importante de la historia detrás de la clásica batería de metacrilato anaranjado configurada de forma idéntica a la que solía tocar John Bonham. Pero esta concentración se convierte en emoción en los momentos en los que Robert Plant lo presenta ante el público y cuando la banda se retira del escenario camino de los camerinos. Su cara de satisfacción después del concierto, los abrazos que le da toda la banda y las miradas que lanza al cielo, señalando con los índices, golpeándose el corazón y tocándose el tatuaje que luce en su hombro izquierdo con los tres círculos que representan a su padre dentro del grafismo de Led Zeppelin, demuestran que para él todo aquello fue un sueño hecho realidad. Y así mismo lo demuestra con el texto que escribe en el libreto del disco.
Habrá a quien este tipo de regresos le parezca una forma de resucitar a los muertos. Habrá quien piense que los grupos disueltos están bien donde están y que es mejor acordarse de lo que fueron que verlos cayéndose de viejos encima del escenario. Habrá quien piense que Led Zeppelin nunca deberían haber vuelto tras el fallecimiento de John Bonham. Pero lo que es a mí, me encanta que hayan vuelto, me encanta que lo hicieran de la manera que lo hicieron, me encanta que lo hicieran con Jason Bonham en la batería y me encanta que lo hayan grabado todo y que por fin lo hayan publicado de forma oficial. Creo que este regreso de Led Zeppelin dejó el listón muy,muy alto para todas aquellas bandas legendarias ya disueltas que se planteen volver a los escenarios después de tantos años, porque las comparaciones van a ser inevitables.

Llevábamos mucho tiempo sin tener un trabajo discográfico de Héroes del Silencio en el mercado y ya iba tocando la publicación de uno nuevo. Bueno, en realidad sólo hacía algo menos de un año ya que a finales del 2011 salió a la venta “Live in Germany”, un concierto en Alemania registrado en el año 1993. Pero es que, claro, se acaban de cumplir veinte años de la publicación de “El espíritu del vino”, quizás la obra discográfica más importante del grupo aragonés, y eso había que celebrarlo de alguna forma como por ejemplo con la remasterización del disco original. Bueno, lo cierto es que tanto “El espíritu del vino” como el resto de discos de Héroes del Silencio ya se remasterizaron en el 2006, y además, éste fue lanzado en el mes de Junio de 1993 y de eso no hacen veinte años todavía sino menos de diecinueve años y medio. Entonces, si “El espíritu del vino” ya se había remasterizado antes y todavía no hace ni veinte años de su edición, ¿cuál es el motivo de la publicación de esta edición especial del disco llamada (al loro) “El espíritu del vino 20th Anniversary Edition. Gran Reserva”? Pues la verdad es que no lo sé y la nota de prensa con la que EMI nos lo anunció hace unos meses a mí no me aclara demasiado el motivo, más allá de que se acerca la Navidad y había que sacar algo de Héroes del Silencio al mercado por estas fechas. Literalmente, la nota de prensa en cuestión decía lo siguiente: “Cumpliéndose 20 años de la grabación y ante la propuesta de conmemorar este aniversario, hemos estimado conveniente volver a mezclarlo para darle un sonido más natural y actual a las canciones. Hemos recuperado tomas que no aparecieron en la mezcla final y resaltado detalles apenas perceptibles en el original con el fin de que los seguidores de la banda puedan escuchar algo diferente sin perder la esencia de los temas. HDS.”. Por supuesto semejante párrafo debía ser analizado por partes porque tamaña cantidad de aberraciones juntas así lo merecían. Es precisamente lo que voy a hacer a continuación.
Si tuviera que destacar un disco que haya marcado un antes y un después en mi pasión por la música ese sería “Alchemy Live” de Dire Straits. Era yo un mocoso de nueve años que no levantaba ni dos palmos del suelo y ya me sabía de memoria la melodía de las canciones y de los punteos de guitarra de Mark Knopfler aprendidos a base de escuchar las cintas de cassette y el vinilo de “Alchemy Live” de mi hermano. Recuerdo que durante las vacaciones de 1989 que pasé en un cámping de la localidad catalana de Vilanova i la Geltrú, cada tarde se proyectaba en una sala de actos un concierto de alguno de los artistas internacionales más de moda en aquel momento. Una mañana, camino de la piscina, vi un cartel con la característica silueta de Mark Knopfler dibujada en una cartulina donde se anunciaba para esa misma tarde la proyección del “Alchemy Live” de Dire Straits, ese concierto que tantísimas veces había escuchado en casa pero cuyas imágenes nunca había tenido ocasión de ver. Totalmente ilusionado por poder ver de una vez por todas al que yo consideraba ya mi grupo preferido, no dudé ni un minuto en irme para allí. Todavía no se me ha olvidado lo estupefacto que quedó el monitor responsable de las proyecciones cuando vio a un enano entrar en la sala de actos antes de tiempo y la gracia que le hizo comprobar a base de preguntas su profundo conocimiento de la discografía de Dire Straits y su orgullosa forma de explicar que, además de los discos de la banda, también poseía una copia pirata de un concierto grabado en el “Wembley Arena”. La proyección de aquel concierto me causó una grandísima impresión y es muy probable que fuera la primera vez que el que escribe tuviera consciencia real de lo que era un concierto de rock de verdad más allá de las verbenas o los conciertos de las fiestas populares. Por desgracia no tuve la oportunidad de ver a Dire Straits en vivo y en directo durante su época de máximo esplendor al pillarme demasiado joven. Lo que sí he hecho recientemente es adquirir mi entrada para el concierto que Mark Knopfler ofrecerá el próximo 25 de Julio de 2013 en Barcelona (así es… ya tengo una entrada para un concierto que se celebrará dentro de más de siete meses) y de esta forma quitarme la espinita que llevo clavada por no haber visto todavía al que fue mi primer ídolo de juventud. Este es precisamente el motivo por el cual he recordado toda esta historia y por el que he querido revisionar la edición remasterizada en DVD de “Alchemy Live” editada en el año 2010, casi veinticinco años después de su grabación.






Como comenté hace unas cuantas reseñas, tras la publicación y presentación en directo del primer disco en solitario de Slash, el ex–guitarrista de Guns N’ Roses reclutó a Myles Kennedy (vocalista de Alter Bridge) y a una banda de músicos relativamente desconocidos para salir de gira por todo el planeta y promocionar en directo su nuevo trabajo. Myles Kennedy ya participó en la grabación del disco de Slash co-escribiendo y poniendo voz a los temas “Back from Cali” y “Starlight”, pero su versatilidad, su amplia variedad de registros vocales y su carisma y presencia encima del escenario le hicieron convertirse en el cantante ideal para llevar a cabo una gira de conciertos al frente de la banda del legendario guitarrista. Y es que el elegido no podía haber sido otro, porque la capacidad que posee Kennedy de alcanzar con la misma facilidad tanto tonos altos como tonos bajos, hacen de él el vocalista perfecto para ponerle voz en directo a las canciones de Guns N’ Roses, de Slash’s Snakepit y de Velvet Revolver, además de a las propias canciones del nuevo álbum. La larga gira de Slash y su banda por pequeñas salas y grandes festivales de medio mundo dio como fruto un doble CD, un DVD y un Blu-Ray en directo titulados “Made in Stoke”. “Made in Stoke” fue registrado durante la actuación celebrada el día 24 de Julio de 2011 en el teatro Victoria Hall de la localidad inglesa de Stoke-on-Trent, y supuso el primer trabajo discográfico y videográfico de Slash en directo al margen de Guns N’ Roses. La verdad es que el resultado no pudo ser mejor.
En los últimos años se han puesto muy de moda en Barcelona los restaurantes japoneses. Vayas por el barrio que vayas siempre acabas encontrando uno de ellos con mucha más facilidad que un restaurante de comida tradicional catalana, un asador castellano o una pulpería gallega por decir algo. Pero claro, como ocurre con cualquier tipo de local, no todos los restaurantes japoneses son iguales ni muchísimo menos. A continuación voy a reseñar uno de los restaurantes japoneses que más veces he visitado en los últimos años aunque no por ello uno de los mejores. Más bien todo lo contrario. Me refiero al restaurante Take-Ya.

Hace justo un año tuve la oportunidad de viajar en dos ocasiones por motivos laborales a los Emiratos Árabes Unidos. Al no tratarse de viajes de placer sino puramente de trabajo, durante las cerca de dos semanas que estuve allí me fue totalmente imposible disfrutar de las típicas visitas turísticas o culturales que me gusta hacer cuando viajo a lugares que no conozco, más allá de pasear fugazmente por las calles y los tres o cuatro puntos más emblemáticos de la ciudad de Dubai. Como ni las fotos que hice ni lo que llegué a visitar allí dieron para escribir un artículo en la sección “Viajes y eventos” de este blog, como recuerdo de aquellos “extraños” días he querido rescatar el documental de National Geographic titulado “Dubai: Miracle or Mirage” porque refleja con bastante detalle cómo es una ciudad tan llena de contrastes como Dubai, y el ambiente general que se respira en las calles, playas y centros comerciales de aquel exagerado mastodonte urbanístico de lujo y consumo ubicado en medio del desierto.
Aquellos que me conozcan y vean que acabo de escribir una crítica sobre un restaurante turco seguro me están imaginando con el colmillo sangrando después de quedarme a gusto despachando una colección de improperios y adjetivos descalificativos sobre cualquier “Döner Kebap” mugriento de la Ciudad Condal. Y es que no soy conocido en mi círculo de amistades por ser un amante de la gastronomía árabe, asiática ni de ningún lugar que esté por debajo de Cádiz o más allá de la península de Anatolia precisamente (con la excepción de la japonesa, claro). Lo cierto es que no es mi tipo de cocina preferida, para qué nos vamos a engañar, pero es que además, después de pasar dos semanas en Dubai ahora va a hacer un año, podríamos decir que acabé bastante hasta las pelotas del humus, del pan de pita, de la salsa de yogurt y ajo, del rodillo de carne giratorio y de todo lo que huela o sepa a algo parecido. Pues a pesar de todo esto, resulta que últimamente he descubierto un restaurante de comida turca en Barcelona que no sólo me ha gustado sino que además me gustaría recomendar a todos los lectores de este blog. Se trata del restaurante Bella Istanbul.
El otro día recibí la tan esperada noticia de que Slash, mi artista preferido de todos los tiempos, durante el próximo mes de Octubre realizará una gira por Europa. La decepción vino cuando fui a su página oficial y consulté las fechas y ciudades donde van a tener lugar los conciertos de dicha gira. Edimburgo, Manchester, Birmingham, Londres y Newcastle en el Reino Unido; Bruselas en Bélgica; Colonia en Alemania, París en Francia; Zurich en Suiza; y Casalecchio di Reno, Roma y Padua en Italia. Sí, efectivamente, el legendario ex–guitarrista de Guns N’ Roses no pasará por España. No importa que venga de vacaciones con su familia a Ibiza y a Cádiz, no importa que asegure ser fan de Paco de Lucía y del flamenco en general, no importa que “twitée” felicitaciones a todos los españoles por la victoria de la Selección Española de fútbol en la pasada Eurocopa de naciones. El caso es que Slash no vendrá este 2012 a España a hacer lo mejor que sabe que es tocar la guitarra, así que lo que empezó siendo una buena noticia acabó siendo una noticia de mierda. ¿Pero qué le trae a Slash a Europa? ¿A qué se dedica ahora el famoso guitarrista del pelo rizado y el sombrero de copa? Pues para el que todavía no lo sepa, resulta que Slash ha formado un magnífico tándem con Myles Kennedy (vocalista de Alter Bridge) y, junto a otros músicos, han creado un nuevo proyecto llamado simple y llanamente “Slash”. Esta asociación entre Slash y Myles Kennedy nació poco después de la publicación del primer disco de Slash al margen de una banda, un disco homónimo publicado en el año 2009 que a continuación procederé a comentar.
Siguiendo con la revisión de las películas de Batman dirigidas por Christopher Nolan, a continuación le toca el turno a “El Caballero Oscuro”, una película que, por motivos puramente cinematográficos pero también por el trágico fallecimiento de Heath Ledger pocos meses antes de su estreno, ya ha pasado a formar parte de la historia del cine. A pesar de los tres largos años que la separaron de “Batman Begins”, el estreno de “El Caballero Oscuro” estaba más que cantado por la forma como terminó la primera parte. Es por eso que a nadie le sorprendió ni lo más mínimo cuando se hizo público el inicio de su rodaje. Tras ver el resultado final hay que decir que la espera valió mucho la pena.
Después de presenciar la aparición estelar de Roger Daltrey y Pete Townshend (los dos únicos supervivientes de The Who) en la Ceremonia de Clausura de los Juegos Olímpicos de Londres 2012 y comprobar lo mayores que están y las pocas fuerzas que les quedan ya para el rock and roll, me entró el gusanillo y quise volver a recordar cómo eran The Who en sus días de gloria. Así que ¿qué mejor forma de hacerlo que viendo el que es considerado por muchos como el concierto más memorable de la carrera del grupo? Efectivamente me estoy refiriendo al concierto que tuvo lugar en la tercera edición del Festival de la Isla de Wight (Inglaterra) el año 1970, un festival que contó en su cartel con artistas tan importantes para la historia de la música contemporánea como son The Doors, Jimi Hendrix, Free, Jethro Tull, Leonard Cohen, Chicago o los mismos The Who. La verdad es que hay que dar gracias a los Dioses del rock and roll por hacer que a alguien se le pasara por la cabeza poner unas cámaras y unas mesas de sonido y grabar todo lo que allí ocurrió. Pero todavía hay que dar más las gracias porque dichas grabaciones se conserven en tan buen estado y porque las técnicas de remasterización hayan conseguido milagros como el que contiene el DVD del que voy a hablar a continuación.
Ahora que se acaba de estrenar la nueva película de Batman “El caballero oscuro: La leyenda renace”, y aprovechando que todavía no la he visto y que tengo tiempo libre, he querido aprovechar para revisionar las dos películas anteriores de la saga de Christopher Nolan y así tenerlas más frescas en la memoria el día que vaya a ver la tercera entrega. Además, como en su día no reseñé ninguna de ellas precisamente por todo lo contrario, por no tener tiempo, he decidido que voy a hacerlo ahora y así me quito la espinita que tenía clavada por no haberlas ni mencionado en mi blog. Comenzaré por “Batman Begins”, la primera de las películas de Christopher Nolan dedicadas al hombre murciélago y, obviamente, la película en la que se explica toda la historia de Bruce Wayne desde el momento en que sus padres son asesinados en su presencia a la salida de la ópera, hasta que nace el superhéroe alado que todos conocemos.

